La sensación de urgencia.
Esa es una buena receta o un buen disparador para la transformación, para el trabajo duro, para la productividad. Sin embargo, con ser cierto, esa sensación de urgencia, quizá por constituir una frase hecha, por sonar a consultor o directivo de gran empresa, quizá no resulta todo lo acuciante que realmente es.
En su libro 'The startup way', Eric Ries, nos ofrece, sin darle ese nombre, una forma muy concreta, muy tangible, de sensación de urgencia. Y es que ya es algo más que urgencia. Se trata de supervivencia.
En concreto, hablando de startups, ésto es lo que nos dice:
There's really no substitute for being able to say "Listen, we only have enough cash to stay in business for another six weeks. I know there are lot of things we'd love to be able to do, but if we don't make at least one of these things work before then, we're doomed". It sounds stressful - and it is! - but is also liberating. It's the highest productivity way of working I've ever seen.
Quizá este tipo de sensación de urgencia sea algo extrema. Quizá no sea tan útil para llegar a una innovación disruptiva, o para establecer una estrategia de largo plazo pero, sin duda, fuerza a poner foco, a esforzarse, a ser eficaz y productivo, al menos en el corto plazo.
Es algo así como el viejo dicho, hacer de la necesidad virtud.
Ante necesidades extremas, probablemente necesitemos foco, decisión y una productividad también extrema.
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