Recientemente he finalizado la lectura de 'Organízate con eficacia', la ya clásica obra de David Allen donde explica su metodología GTD (Getting Things Done) para la productividad personal.
Tiempo habrá en breve para comentar diversos aspectos del libro y de la metodología pero, para este primer artículo sobre el particular, me quedo con la explicación que el autor proporciona para el estrés y la ansiedad en la que solemos vivir inmersos.
Para Allen, el problema radica, básicamente, en que adquirimos muchos compromisos con nosotros mismos y con los demás, tanto en nuestra vida laboral como personal. La obligación que sentimos por esos compromisos adquiridos pero, sobre todo, la incapacidad para saber exactamente todo de lo que tenemos que hacer en un momento dado, cuál es el conjunto real de compromisos asumidos, es lo que nos provoca ansiedad y estrés y lo que nos priva, también, de tomar las mejores decisiones en cada momento.
Así lo expresa en las primeras páginas del libro:
"Ahora son pocas las cosas que parecen claras durante mucho tiempo, y lo mismo ocurre con nuestro trabajo y con la aportación que debemos realizar para hacerlo bien. Permitimos que entren grandes cantidades de información y comunicación del resto del mundo y generamos un volumen de ideas y acuerdos con nosotros mismos y otras personas de nuestro propio mundo. Sin embargo, no estamos equipados adecuadamente para afrontar esa enorme cantidad de obligaciones internas y externas."
La respuesta de Allen ante esa sobrecarga, ante esa miríada de compromisos, no será ni la negación, ni el filtrado ni el sobreeesfuerzo, sino metodología, simple metodología. Una metodología que nos permitirá, ante todo y sobre todo, conocer en todo momento cuáles son los compromisos externos e internos adquiridos así como una forma ordenada de gestionarlos y renegociarlos.
De forma muy simplificada, en eso consiste GTD, en metodología.
En al próximo artículo, alguna pincelada sobre esa metodología.
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