domingo, 7 de diciembre de 2025

Veinte años en Internet: la experiencia y las perspectivas

En este puente de la constitución, en concreto ayer Sábado 6 de Diciembre, se cumple un aniversario un poco particular: el de mi presencia en Internet. Y, en concreto, en esta ocasión se cumplen 20 años desde mi primera aparición en Internet. Por aparición me refiero no como usuario, navegando, que ya había tenido lugar un tiempo antes, sino publicando. creando contenidos. 

Esta onomástica la recuerdo desde hace mucho, con un post anual en un blog, 'La vida de color azul' que, en su momento, fuera mi primer blog y que hoy en día, y desde hace mucho, registra una muy baja, que no nula, actividad. Y, en efecto, ayer publiqué el post anual correspondiente con el lacónico título 'Veinte años en Internet'. En ese post, y como suelo hacer, hago un recordatorio tanto de mis primeros días en Internet como del camino seguido hasta la actualidad y alguna breve perspectiva de futuro.

Pero este año he querido hacer algo más... y ese algo más es este post publicado en 'Blue Chip', el que hoy en día es, con diferencia, mi blog principal. Y he querido hacerlo, en parte por tratarse de un número redondo (y no menor), pero en parte también para compartir alguna valoración ante lo que puede ser una especie de crisis múltiple que afecta a Internet y, especialmente a redes sociales y publicación de contenido. 


Un poco de historia


Antes una breve historia, la historia de cómo inicié mi presencia en Internet. La cosa fue como sigue: allá por 2005 contraté a la que entonces era mi empresa, Telefónica, el servicio ADSL. Como parte de los beneficios del servicio, te ofrecían la posibilidad de usar correos en el dominio telefonica.net y, además, y esto es lo más relevante, te daban alojamiento gratuito para tener una página, bien es cierto que sin dominio propio y con una URL un poco estrambótica.

Y yo, que era tecnólogo, que hacía unos años había sido desarrollador, que había hecho 'algunos pinitos' con HTML me dije ¿Cómo no voy a tener yo una página en Internet? Y, dicho y hecho, me leí algún libro de HTML y de JavasScript para repasar algún concepto y para tener una especie de manual de referencia, y me puse a ello  

Aprovechando el largo puente de Diciembre, el 6 de Diciembre de 2005 probé la publicación y navegación y coloqué el típico mensaje 'página en construcción'. Dos días después, el 8 de Diciembre, publiqué la primera versión completa de la página. 

Y este hecho, la publicación, primero de la página en construcción, y luego ya de una versión completa (aunque modesta) de mi primera página personal es lo que conmemoro todos los años en este puente.

Voy a repasar un poco los diferentes elementos de mi presencia en Internet y lo que significan o han significado.


La página personal


Lo primero que creé fue esa página, bajo el concepto, que hoy en día no se utiliza mucho, de página personal. Por motivos que no me voy a detener a explicar, llamé a esa página 'Mundo Azul'. Su formato original, en el alojamiento de Telefónica, ya no está disponible y me da mucha pena y mucha nostalgia recordar cómo era en su formato original. Y también nostalgia de esa época. Entonces las páginas personales se hacían de manera bastante artesanal y recopilabas aquí y allá elementos que la pudieran enriquecer y que veías en las páginas de otros: el contador de visitas, el libro de firmas (algo completamente perdido hoy en día), los foros, etc.

Aunque la página original está perdida (bueno, almacenada en mis discos duros) mantengo una versión remozada, aunque de aspecto actual muy 'vintage',  bajo el alojamiento de mi página oficial actual. Esta página personal, este 'Mundo Azul', lo mantengo vivo, fundamentalmente con reseñas de libros, pero realmente no lo promociono, apenas cuido su SEO y apenas tengo visitas. Irónicamente me digo para mi que, casi, casi, está en la 'dark web'.

La que es importante actualmente es mi página oficial ignaciogavilan.com, que sí que la mantengo muy viva (aunque quizá el contenido estático debería ir pensando en revisarlo), sirve de alojamiento a mi blog principal, Blue Chip, enlazo con mis otros canales y uso su dominio también como paraguas para otros blogs y para mi correo profesional.


Blogs


Parte para mi fundamental de mi presencia en Internet son los blogs. Empecé, como casi tantas cosas de mi presencia en Internet, sólo por 'cotillear', por explorar a ver qué era eso de lo que tanto oía hablar, y como por decir 'cómo no voy a tener yo...', en este caso, un blog.

Y, en efecto, en Junio de 2006 cree mi primer blog, en la plataforma Blogger de Google. En su momento simplemente hablaba del 'Blog de Mundo Azul', porque lo consideraba como una mera extensión de mi página personal. Años después lo rebautizaría con su nombre actual 'La vida de color azul', aunque conservando el subtítulo de 'El blog de Mundo Azul'. Hubo una época en que publicaba bastante en él, y contenidos muy heterogéneos, que incluían literatura, deportes, tecnología, en fin, cualquier cosa de mi interés y de lo que me apeteciese publicar algo. Hoy en día, sin embargo, absorbidos sus contenidos principales en otros blogs o medios, sobrevive con sólo dos posts anuales  'obligatorios', el del aniversario de la presencia en Internet y la editorial navideña y, muy de vez en cuando, algún otro tema.

En Octubre de 2008 lancé 'El cielo del gavilán', dedicado a literatura y humanidades (sobre todo literatura). En sus primeros años era un blog más profundo y reflexivo, ahondando en elementos de teoría literaria o de otros ámbitos de las humanidades. Pero esa línea, que me gustaba mucho, sería muy difícil de mantener hoy en día en que tengo puesta mi mente en otras cosas. Así que en los últimos años se centra en algo que al principio me resistía a hacer: reseñas de libros. Unas reseñas muy sencillitas, no muy profundas ni de gran calidad, pero con alguna perspectiva u opinión sobre los libros que he leído del ámbito de la ficción y el ensayo (no profesional).

Y, en Enero de 2009 lancé lo que, desde entonces, es uno de mis buques insignia de mi presencia en Internet: el blog 'Blue Chip', de carácter fundamentalmente profesional centrado en tecnología y su impacto en los negocios, la economía y la sociedad. Un blog muy vivo, del que, sinceramente, me siento muy orgulloso y que, incluyendo este post, recoge ya 2.349 posts, algo que, en un mundo tan poco constante y tan dado al cambio y a lo efímero como es el actual, creo que es un récord que pocos blogs, y mucho menos blogs personales, pueden igualar.

También he colaborado el blogs externos. Quiero destacar muy especialmente, por lo especial de la iniciativa, y por la cantidad (y en mi opinión calidad) de los artículos que aporté, la colaboración con el blog 'A un Clic de las TIC' de Telefónica Empresas. Un blog muy especial, centrado en tecnología y tendencias y  en que, de forma totalmente voluntaria y desinteresada, escribíamos empleados de Telefónica. Y debo decir que la calidad de los contenidos era muy alta. Un blog ya desaparecido, por desgracia, pero del que creo que todos los que participamos guardamos un gran recuerdo. No en vano, hace muy poco he anunciado la publicación del libro 'De la EGB a la IA' un libro coral escrito por trece autores a los que el principal nexo que nos une es, precisamente, la participación como contribuyentes en 'A un Clic de las TIC'.  

Para mí que me encanta escribir, que valoro tanto el conocimiento, y que me gusta tanto la comunicación, un blog es una herramienta especial: una herramienta que concentra redacción, mensaje, conocimiento, que por las características del proceso de escritura, te ayuda a consolidar conocimientos y construir mensajes y que, además, es una poderosa arma de marca personal.

Es quizá uno de los medios más exigentes pero, en parte también por ello, de los más satisfactorios para mi.


Redes sociales


Con las redes sociales comencé también tanteando, muy especialmente en el caso de Twitter. La verdad es que, lo que es estar dado de alta, estoy como usuario prácticamente en todas las que han tenido o tienen alguna notoriedad. Pero no en todas estoy activo, y en las que lo estoy, es con variable intensidad. Redes que he probado, en las que estoy dado de alta pero que realmente no trabajo hoy en día, son Pinterest, Twitch o Tik-Tok.

De las que estoy activo, para mi la principal, con diferencia, es LinkedIn, lugar donde aparte de mantener una extensa y creciente red de contactos, publico los contenidos de carácter profesional más relevantes de mis otros canales (blog Blue Chip, Canal YouTube, podcasts, etc).

Con menor intensidad, mantengo una fan page de carácter profesional en Facebook así como un perfil personal que intento circunscribir realmente a lo personal. Sin exhibir una actividad muy fuerte, cada vez estoy más activo en instagram, con un perfil realmente un poco ecléctico que mezcla lo profesional y lo personal y que, quizá por lo de la parte personal, no estoy promocionando en exceso.


Microblogging


En Twitter también entré simplemente por curiosear, por ver cómo se sentía el tuitear o seguir tuits, pero no pensaba que me iba a encajar mucho. Sin embargo, al final sí que me enganchó, y no sólo me enganchó, sino que le vi la utilidad práctica como forma de enterarse rápidamente de noticias (al menos el titular), de detectar fácilmente tendencias y, por mi parte, de promocionar contenidos. Aunque últimamente ha decrecido un poco mi participación, sobre todo por falta de tiempo y, en menor medida, por las polémicas y dinámicas que rodean a esta red desde que fue adquirida por Elon Musk, sigo considerándolo un medio diferente, especial y valioso.

He experimentado también por Blue Sky, por comprobar en qué consistía y, como preparación ante una eventual migración masiva a esa red de los usuarios de la ahora llamada X, una migración masiva que, realmente, no se ha producido. Aún así, me mantengo en esta red que hace un poco de espejo de lo que publico en X.


Video


También hace ya bastante, y no sin cierta reserva, abrí un canal YouTube que, 'tacita a tacita' va creciendo en contenidos y seguidores. En él incluyo vídeos que forman parte de otros canales (como el video-podcast 'Divergencias') o iniciativas como 'The Robot Notes' con contenidos sobre robots, la serie 'Los libros y yo' o relacionado con mis libros como las 'píldoras robóticas' relacionadas con mi libro 'Robots en la sombra'. Pero también publico algún vídeo específico, con frecuencia relacionado con cursos o charlas que imparto. Es trabajoso y creo que debería mejorar en producción de vídeo, pero es un canal que me gusta mucho.


Los podcasts


Al tema de los podcasts puedo decir que, en cierto modo, he sido impulsado desde fuera. Muy especialmente, mi amiga Virginia Cabrera me lio para participar de forma permanente en el podcast 'Caminos de knowmad', centrado en el mundo de los trabajadores del conocimiento, los freelance y, sobre todo, en historias de reinvención personal y profesional, con frecuencia ligadas al paso desde un entorno corporativo a uno trabajo por cuenta propia. Este podcast lleva ya en el aire más de tres años, que tampoco es poca cosa.

Algo después, otro de los componentes de 'Caminos de knowmad' y muy amante de los podcasts, Alex de Fuenmayor, me invitó a participar, también de manera permanente, en el podcast 'Código abierto', muy centrado en tecnología, innovación y tendencias y que comenzó su andadura, en Marzo de 2024.

Y poco después, tras lo positivo de la experiencia con podcast, y con la confianza de saber ya cómo se producían, me lancé hace como año y medio, en Abril de 2024, a abrir mi propio podcast, 'Divergencias' de episodios cortitos (digamos que de media quince minutos) sobre temas diversos y un poco divergentes de mi 'línea editorial' habitual (de ahí el nombre del podcast).


Marca personal y vocación


Para mi, y en eso no creo haber sido original, la presencia de internet, más allá de la satisfacción de la curiosidad, de la exploración, de estar al día, de la información, del entretenimiento, supone dos cosas: realización de una vocación y marca personal-

Realización de una vocación porque en Internet, en el hecho de crear y publicar contenidos, realizo algunas de las cosas que más me gustan como es profundizar en conocimiento de todo tipo, escribir y, en general, comunicar.

Y marca personal porque la presencia en Internet, cuando es de una cierta calidad, es un elemento de promoción personal y profesional. Aunque nunca he conseguido números espectaculares de seguidores, aunque nunca he conseguido convertirme en un auténtico 'influencer' (cosa que creo que me hubiera gustado)  sí que existe una comunidad no menor que me sigue y noto, de forma tangible que, en efecto, mi presencia, lo que publico y la actividad a que me dedico, es conocida por un círculo, quizá no inmenso, pero de cierto tamaño y, además, bastante selecto en cuanto perfil y calidad.


La crisis de los blogs


Pero este mundo de Internet, este mundo de los contenidos, parece estar en crisis en varios aspectos. Están en crisis, en realidad, desde hace ya bastantes años, los blogs, quienes fueran probablemente los abanderados de la web 2.0. Y creo que están en crisis, en parte, porque nos conducimos a una sociedad superficial y que valora lo inmediato.

Y un post de un blog lleva tiempo escribirlo y, lo que es más importante, lleva un tiempo leerlo. Y creo que cada vez se valoran más contenidos que se consuman mucho más rápido, de ahí el auge de redes de tipo tik-tok o Instagram y dentro de ésta, las 'stories'.

Los blogs creo que quedan como reducto para aquellos a los que nos gusta profundizar más, tanto al crear el contenido como al consumirlo. Es verdad que se pierde un poco la oportunidad de la masividad, pero creo que hay un nicho suficientemente relevante como para que, si te gusta, siga teniendo sentido publicar en blogs.


La crisis del microblogging


En crisis más reciente está el microblogging (que es casi tanto como decir X, la antigua Twitter). Aunque creo que se notaba ya una cierta saturación, y una cierta necesidad de clarificar el modelo de negocio, la crisis se ha desatado en gran medida por la llegada de Elon Musk, a la que se une alguna decisión arriesgada y polémica desde el puro modelo de negocio de la actual X y los cambios algo precipitados y casi caprichosos introducidos en la red, a todo lo cual se une el propio y polémico perfil de Musk.

Hay otra crisis bastante coincidente en el tiempo que tiene que ver, por decirlo de alguna manera, con la ética: con la abundancia de trolls, mensajes agresivos o manipulación de contenidos, que hacen a algunos usuarios huir del medio o disminuir su participación.

Sin embargo, por la propia dinámica de las redes sociales, por la importancia de los efectos de escala, es difícil que triunfe una red alternativa (como es el caso de Blue Sky). Diría que estamos en una especie de 'impass' en que X no crece y tiene algún riesgo pero, por otra parte tampoco se hunde y no hay una alternativa creíble. 

Y es que, además, X es una red muy particular que, problemas y polémicas aparte, ofrece un servicio diferente al resto de redes y ocupa un espacio al que hoy en día es difícil renunciar. 


La crisis de las redes sociales


En general, las redes sociales están un poco en crisis. Aparte de una cierta degradación en calidad de contenidos (que afecta incluso a la red más seria, LinkedIn), también parece que el público joven va emigrando a otras formas de relación. LinkedIn y, sobre todo, Facebook, se ven ya como 'pasadas de moda', como de mayores, y los jóvenes se centran en redes más superficiales (como Instagram o Tik-Tok) o en mensajería (ej WhatsApp) más que en redes sociales como tales.

En general, también parece existir una crisis de prestigio en las redes, sometidas a la sospecha de la manipulación comercial, política e ideológica ,o los efectos adversos que parecen producir en los jóvenes.


La posible crisis de la creación de contenidos


Finalmente, diría que la creación de contenidos también sufre una cierta crisis, sobre todo de calidad. No me refiero a calidad material o de producción (que diría que tiende a mejorar) sino de mensaje, de conocimiento, de calidad intelectual.

Probablemente sea una consecuencia de otras crisis como la de la superficialidad ya mencionada.

Pero a esta crisis se une ahora un riesgo: los contenidos generados con inteligencia artificial. Dado los grandísimos avances de la inteligencia artificial, dado lo fácil que es usarla y dado que suele generar resultados de razonable calidad, de forma muy rápida, la tentación de los contenidos generados automáticamente por la IA es muy alta. 

Desde un punto de vista de negocio, de una empresa que quiera mantener presencia en redes mediante newsletter o publicaciones en Instagram, tiene bastante lógica la automatización de los contenidos mediante inteligencia artificial.

Sin embargo, al menos esa es mi experiencia, y siempre en el momento actual, esos contenidos, siendo correctos (bueno, casi siempre), estando bien escritos y normalmente siendo perfectamente publicables, tienden a carecer de  originalidad, de 'alma', de conocimiento profundo. No lo digo por decir, lo digo por experiencia: son contenidos que están bien, son más o menos acertados, pero un poco 'del montón'. Correctos, pero poco originales.

En esa situación ¿sigue teniendo sentido producir contenidos 'manualmente' por parte de humanos que piensan, elaboran guiones y escriben?

Y, si no es así, si es mejor opción generar contenidos de forma automatizada o semi-automatizada mediante inteligencia artificial ¿Qué sentido tiene la presencia en internet, con contenidos propios, de autores humanos individuales?

He estado presente en Internet durante 20 años, generando mis propios contenidos.

¿Tiene sentido seguirlo haciendo? ¿O debo dejar paso a los contenidos generados por inteligencia artificial? ¿O debo seguir produciendo contenidos pero ya no pensados por mi, creados por mi, sino automatizados mediante inteligencia artificial?

 

Y sin embargo...


Estamos en un mundo tan cambiante, que evoluciona tan rápido, que es casi imposible saber qué nos puede deparar el futuro, incluso un futuro próximo.

Las crisis están ahí, los riesgos para Internet en su conjunto y para creadores de contenido como yo, individuales, que disfrutan de su actividad al tiempo que le ayuda a crear marca personal, pero que trabajan con 'sus fuerzas', están ahí.

No puedo hacer una apuesta de cara a los próximos veinte años (que no sé, siquiera, si los viviré), puede que ni siquiera a cinco años vista.

Pero sí tengo claro lo que quiero hace el próximo año, probablemente los próximos tres años.

Y en ese futuro más cercano tengo claro que, aunque los riesgos existen, no se va a derrumbar internet (salvo por una guerra masiva, y entonces estaríamos hablando de otra cosa), no van a desaparecer las redes sociales ni perder usuarios de forma masiva, no van a desaparecer las personas interesadas en consumir contenidos (aunque quizá los consuman de forma más superficial).

Y en ese sentido, creo que publicar contenidos de calidad (aunque quizá adaptando y evolucionando formatos) va a seguir teniendo sentido para construir una marca personal sólida, con retornos personales y profesionales.

Y, lo que es más importante, esa creación de contenidos me va a seguir aportando la oportunidad de aumentar mi propio conocimiento, entender mejor el mundo y comunicar y dar mi mensaje, realizando así una vocación, y casi una misión que me impuse hace unos pocos años.

O sea que, no se si seguiré veinte años más e Internet, pero algunos años más, si Dios me da salud, sí que espero estar.


Conclusiones


Llevo veinte años presente en Internet, creando sitios y publicando contenidos. No he logrado llegar aun público inmenso, pero sí a una razonable comunidad.

He aprendido y, al tiempo, creo que he trasmitido conocimiento.

He creado marca personal, con algún rédito profesional, pero además creo haber aportado algo a los demás, a esa comunidad que me ha seguido y me sigue.

Y, quizá lo más importante, he disfrutado lo que he hecho, y me ha ayudado a desarrollarme personal y profesionalmente, y a realizar una vocación.

Así que, no sé durante cuánto tiempo, pero sí tengo intención de seguir algunos años más en Internet. 


Anexo: mis canales



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