El test de Turing
En ese camino, y desde hace ya muchos años, se planteó el cómo saber si una máquina o un agente era realmente inteligente. Y, como 'vara de medir', como elemento de comparación, se tomaba, claro, al propio ser humano, dando lugar al muy conocido, o al menos muy mencionado, test de Turing.
El test de Turing lo que intenta es comprobar si un agente artificial, se comporta realmente como un humano. Se supone que cualquier humano pasará el test de Turing y que sólo las máquinas realmente inteligentes lo harán, fracasando en el intento las máquinas no suficientemente inteligentes o, quizá mejor decir, con una inteligencia 'no suficientemente humana'.
Por simplificar, y por comparar con lo que viene, podríamos decir que en el test de Turing el que juzga es un humano y lo que ponemos a prueba es una máquina. Y lo que tiene que demostrar la máquina es inteligencia, su, perdón por decirlo así, 'humanidad'.
Los captchas
En esta comparativa humano - máquina nos encontramos, al menos otras dos casuísticas. Una menos elaborada pero que experimentamos con frecuencia son los famosos captchas, esos mecanismos de seguridad incorporados a algunos sistemas en que se pretende que una persona demuestre que 'no es un robot'. Si se es 'suficientemente humano' se pasa la prueba. Si no, no.
Comparado con el testo de Turing hay que hacer notar que, en este caso, el juez es una máquina (no un humano) y quien tiene que demostrar su 'humanidad' son las personas (se asume, quizá de forma un poco optimista, que un robot no puede superar un captcha).
Pero lo que me ha resultado llamativo, lo que me ha sugerido la escritura de este post es el llamado test de Turing inverso.
El test de Turing inverso
Descubro ese concepto leyendo el libro 'Automation and Utopia: Human Flourishing in a World without Work' del filósofo John Danaher aunque, en realidad, lo que hace Danaher es, en el contexto de análisis de lo que él denomina la utopía cyborg mencionar esta idea propuesta por el jurista Brett Frischmann y el filósofo Evan Selinger en su libro 'Re-engineering humanity'.
Estos dos autores, Frischmann y Selinger se muestran preocupados por el impacto deshumanizador de las tecnologías o lo que ellos denominan ingeniería tecno-social es decir los cambios inducidos en el comportamiento de las personas e incluso la manipulación basada en el uso de tecnologías novedosas que se infiltran de alguna manera en instituciones sociales (incluyendo, por ejemplo, la justicia).
Según estos autores, esa influencia puede llevar a que las personas, los humanos, nos comportemos realmente como máquinas, nos roboticemos de alguna manera. El test de Turing inverso lo que pretende detectar es si una persona se ha deshumanizado tanto como parecer una máquina.
Si en el test de Turing original, es la máquina la que quiere demostrar su 'humanidad', en el test de Turing inverso es el humano el que quiere demostrar (o quizá mejor decir, quiere comprobar) su 'maquinicidad', si es suficientemente máquina.
No tengo información ahora mismo si en este test de Turing inverso quien juzga es una máquina o un humano. Lo que sí está claro es que quien es puesto a prueba es un humano pero lo que se trata de demostrar no es tanto su inteligencia 'humana' sino su inteligencia 'robótica'.
Comentarios
Aunque no dudo (sin haber leído su libro) de que la preocupación de Frischmann y Selinger es profunda y sincera, no estoy muy seguro de hasta qué punto tomarme en serio este test de Turing inverso.
Intuyo que, al igual que el test de Turing original, más que un uso como tal, sirvió para clarificar conceptos y promover el debate y la investigación, este test de Turing inverso sirve también más de llamada de atención y de elemento de debate que de aplicación real.
En cualquier caso, me parece original y llamativo y por eso he querido reflexionarlo y tratarlo en este post.
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