lunes, 7 de marzo de 2022

Robots y empleo: el caso del offshoring

Una de las varias 'preguntas del millón' cuando se habla de automatización y robotización es si ésta afectará al empleo y en qué forma.

Existe el debate, con informes y visiones encontradas, sobre si el efecto neto de la automatización es de destrucción de empleo o, por el contrario, si los nuevos empleos que se crean suplen con ventaja a los que se destruyen proporcionando un aumento neto del empleo.

Pero aparte de ese efecto neto, que podríamos calificar como 'global', existen otros aspectos relevantes a tener en cuenta y que en lo que vamos a comentar, puede afectar de una forma más local, a nivel de país.


El offshoring


Desde hace ya no pocas décadas, y se ha mantenido prácticamente hasta el presente, las empresas de los países más desarrollados han adoptado con frecuencia una estrategia de offshoring. Se trata, no sólo de externalizar trabajos o procesos que se consideran poco diferenciales sino, además, hacerlo a empresas situadas en el extranjero, con frecuencia en países emergentes o en vías de desarrollo, siendo el caso paradigmático la externalización hacia la India.

La lógica económica es clara: en esos países los costes laborales son mucho más bajos, en parte por un menor nivel de vida, y en parte, todo hay que decirlo, por una menor protección social de los trabajadores. A estos costes muy inferiores, se añade, además, una capacitación importante de sus profesionales y una volumen muy alto de masa laboral.

Aunque se puede pensar que, en cierto sentido, los países desarrollados se están aprovechando de los países emergentes, y hasta cierto punto quizá sea cierto, hay que reconocer que en muchos casos se trata de una relación win-win: la empresa del país desarrollado obtiene unos costes inferiores y la empresa del país emergente un buen negocio a precios que, para ellos, son razonables. A nivel individual, de personas, incluso está descrito que para los trabajadores del país emergente, es una opción más que deseable trabajar en este tipo de empleos ya que, comparativamente, están bien remunerados,

De hecho, y a puro nivel de empleo, realmente, en esta relación de offshoring pierden los trabajadores de los países desarrollados y ganan los de los países emergentes ya que el empleo se desplaza hacia los países emergentes.


Automatización y offshoring.


Y ahora entra en escena la automatización, la automatización masiva, que puede hacer que cambien las tornas.

Con mucha frecuencia, las actividades que se externalizan, que son objeto del offshoring, son tareas o procesos completos de no muy alta cualificación. procesos y tareas manuales pero, en general, muy procedimentados y burocráticos. Es además bastante lógica y deseable esa procedimentación en una relación de offshoring porque facilita el acuerdo entre partes, el establecimiento de niveles de servicio y la monitorización del 'performance'.

Sin embargo, el hecho de que estemos hablando de tareas manuales pero procedimentadas, las convierten en claro objetivo de la automatización.

En muchos casos, de hecho, la automatización la han liderado los propios países emergentes. Así, es paradigmático ver cómo una buena parte de los líderes y técnicos del campo del RPA ('Robotic Process Automation') provienen precisamente de la India. Es lógico: reciben mucho trabajo consistente en tareas repetitivas de procesamiento de documentos y aplicaciones y, por su propia eficiencia, automatizan el trabajo siendo RPA la tecnología adecuada para esa labor. Con ello pueden ofrecer mejores resultados en, por ejemplo, un contrato de BPO ('Business Process Outsourcing') y, al tiempo, conseguir mayores márgenes.

Sin embargo, y paradójicamente, esto se puede volver en su contra.


Inshoring

 

Como describía en mi libro 'Robots en la sombra', hablando de nuevos modelos de negocio ligados, precisamente de los robots software y, en concreto también de RPA, la posibilidad de automatizar de manera efectiva esos procesos y tareas objeto de offshoring en el pasado, está haciendo que las compañías de los países desarrollados se planteen dejar de externalizar esos trabajos y, en su lugar, proceder a reinternalizarlos ('inshoring') ya que su ejecución de manera automatizada no es gravosa y no obtienen especiales ventajas competitivas llevándolos al exterior.

Leyendo el libro 'Robotics, AI and Humanity' me encuentro menciones a informes que van en la misma línea, hablando no ya de robots software, sino de automatización y robotización en general. En concreto, en el libro se menciona una medida del offshoring realizada por Feenstra y Hanson ('Globalization, outsourcing and wage inequality') basada en la inversión en robótica.

Con esa base se proporciona algún número y, en concreto, concluye:


when focusing on the more recent years 2010-2016 - i.e. a period characterised by rapidly rising investments in robotics- the results demonstrate a negative association of robotics investments (net of depreciation) with the growth of offshoring.


Es decir, se observa un menor crecimiento del offshoring a medida que aumenta la inversión en robots. Cierto que hablamos de una correlación, no necesariamente de una causa-efecto y cierto que la medida es ligeramente indirecta, pero aún así, estos datos, unidos a una cierta lógica, parecen confirmar lo que decíamos: a medida que aumenta la automatización, la robotización, disminuye la tendencia al offshoring.

No solo eso, probablemente, aparte de no externalizar nuevas tareas en el extranjero, también las tareas  y procesos previamente externalizados se reincorporan al seno de la empresa ('inshoring').


Conclusión


Parece, pues, que aparte del eventual impacto neto que pueda o no tener la automatización en el empleo, sí puede además producir una redistribución de ese empleo.

Y, quizá paradójicamente, quizá tristemente, la tendencia podría ser que el empleo volviese a los países desarrollados en detrimento de los países emergentes.

Algo a tener muy en cuenta cuando pensamos en términos sociales y globales.


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