Visiones transversales
Aunque mi vocación nuclear es de naturaleza técnica (no en vano soy ingeniero), siempre me han atraído otras disciplinas, tanto de gestión (estrategia, marketing, etc) como de científicas (física, psicología, etc) como las así llamadas humanidades (literatura, filosofía, etc).
Durante el último año o dos, y en parte impulsado por mi participación en dos organizaciones que unen las visiones tecnológicas y humanísticas, al tiempo que estudio con pasión automatización, inteligencia artificial y robótica también estoy profundizando, o al menos tomando contacto, con disciplinas como la ética, el derecho, la sociología o la antropología.
Las organizaciones a que me refiero, por si algún lector siente curiosidad, son el Foro de Humanismo Digital EOI y OdiseIA (Observatorio del Impacto Social y Ético de la Inteligencia Artificial).
Toda disciplina, toda ciencia, tiene su interés intrínseco y es valiosa por sí misma, pero las visiones transversales son enriquecedoras... y a veces sorprendentes e incluso retadoras.
Platón y la alegoría de la caverna
En este post quiero contar brevemente uno de esos hallazgos sorprendentes. Un hallazgo que une a la Inteligencia Artificial y Platón con su alegoría de la caverna.
En esencia (y que me perdonen los filósofos si no lo describo con demasiada exactitud ni extensión), la alegoría de la caverna habla de un grupo humano que vive el fondo de una caverna de la que no puede salir y que sólo percibe la realidad exterior a través de las sombras que les llegan por mor de una hoguera existente en la entrada.
En esta alegoría, las sombras representan el mundo sensible, lo que percibimos por los sentidos, mientras que el exterior de la caverna representa el mundo inteligible, el de las esencias y las ideas.
Las formas, las ideas son inmortales mientras que las cosas del mundo que son mudables. Además, Platón ve el cuerpo como una prisión para el alma, la cual es inmortal.
Una visión 'platónica' de la inteligencia artificial
La visión transversal que motiva este post enlaza la Inteligencia Artificial con la esta concepción de Platón y la encuentro leyendo el libro 'AI Ethics' de Mark Coeckelbergh. Lo que Coeckelbergh afirma, al tiempo que habla sobre transhumanismo y trascendencia es:
More generally, when AI and related science and technology use mathematics to abstract more pure forms from the messy material world, this can be interpreted as a Platonic program realized by a technological means. The AI algorithm turns out to be a Platonic machine that extracts form (a model) from the (data) world of appearances.
Es decir, la inteligencia artificial (muy especialmente el machine learning, apunto yo) extrae la esencia (la forma, el mundo inteligible) como un modelo, a partir de manifestaciones del mundo (las sombras) representadas por los datos que permiten inferir o aprender ese modelo.
Entendido de esta forma, realmente el paralelismo entre la inteligencia artificial y las ideas de Platón me parece, a bote pronto, solo una atractivo y sugerente paralelismo, una bonita metáfora, como es la propia alegoría de la caverna, pero nada más.
Pero si se lleva al límite esa metáfora, como pudiera estar tentado de hacer un transhumanismo extremo (recuérdese que Coeckelbergh hace este comentario explicando, que no abogando por, el transhumanismo), se podría entender que la inteligencia artificial es un camino hacia la inmortalidad, hacia la liberación del cuerpo para concentrarse en alguna forma de alma.
Llevarlo a ese punto, aparte de las innegables y evidentes connotaciones, casi diría tensiones o contradicciones, religiosas, filosóficas y éticas, sería realmente írsenos un poco la mano, más bien un mucho, habida cuenta de donde estamos realmente en inteligencia artificial, a menos a día de hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario