miércoles, 25 de noviembre de 2020

Una aplicación muy seria de la inteligencia artificial... aunque pueda parecer lo contrario

La inteligencia artificial parece preparada para alcanzar casi cualquier rincón de nuestra actividad. Con frecuencia sus capacidades nos producen sorpresa, asombro, admiración... pero en esta ocasión tengo que reconocer que no he podido reprimir también una sonrisa.

Y, sin embargo, el tema tiene todo el sentido del mundo y, en el fondo, es serio, muy serio, y un posible gran avance científico y técnico para la salud general.

¿De qué hablo?

Bueno, no sé si en la foto de portada se percibe suficientemente, pero estoy hablando del 'smart toilette' o inodoro inteligente.

¿Un inodoro inteligente?

Pues si, y que cuida de nuestra salud. En el fondo todos sabemos que algunos de los análisis más utilizados por los médicos para conocer nuestro estado de salud en multitud de aspectos son los de heces y orina, unas materias que, por más que por costumbre y aspectos culturales nos muevan al asco o a la risa, lo cierto es que son una riquísima fuente de información médica.

Y, si dejamos aparte de los médicos, qué hay en este mundo que esté mejor capacitado para el análisis de datos y la detección de patrones? Pues el machine learning, claro.

Así que, por sorprendente que pueda parecer, en el fondo la línea argumental es clara: apliquemos la inteligencia artificial para analizar la información de nuestras heces y orina, pero sin turnos ni extracciones sino directamente en origen y de manera continua. 

Precision Healt Smart Toilette
Según he descubierto en  el libro 'Intelligent Automation: Learn how to harness Artificial Intelligence to boost business & make our world more humanPascal Bornet, Ian Barkin y Jochen Wirtz, ya existe algún modelo, alguno de una institución tan seria como Stanford, que incorpora a un inodoro las cámaras y sensores necesarios para la toma de datos y la algoritmia para su análisis y que denomina Precision Healt Smart Toilette. Nos cuentan que con la información obtenida se pueden detectar de manera proactiva y sin molestias problemas de riñón, infecciones, diabetes y cáncer. Casi nada.

Recuperados de la sorpresa, hay que reconocer que la idea es poderosa, prometedora y que demuestra los beneficios sociales que una inteligencia artificial bien orientada puede traer consigo. 


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