miércoles, 15 de enero de 2020

No, Agile no significa ir más rápido


Con frecuencia, los nombres que se escogen para las tecnologías, y en ocasiones también para las disciplinas de gestión, son engañosos. A veces, ya sea por ignorancia o, creo más bien, con intenciones de naturaleza comercial, se eligen nombres que llaman a engaño y que hacen creer lo que no es.

Y eso ocurre con Agile, una, ¿cómo la llamaríamos? filosofía o disciplina de gestión de proyectos que se encuentra absolutamente de moda, aunque sus orígenes se remonten a muchos años atrás. Se trata de una filosofía que, simplificando un poco, se aplica en proyectos con requisitos poco claros o que se mueven en un entorno de incertidumbre (típicamente, proyectos de innovación o emprendimiento, y muchos proyectos de desarrollo software) y que se basa en construir el resultado mediante iteraciones cortas que producen resultados tangibles, por ejemplo, una nueva versión de software utilizable.

Pero  ¿qué sugiere el nombre de Agile? Pues, claro, agilidad, es decir, rapidez

Y así, de nuevo puede que en algunos casos por ignorancia y en otros intencionadamente, se ha asimilado agilidad o agilismo a rapidez y muchos gestores han implantado agile (o "cosas" que pretenden serlo) sólo en búsqueda de esa tierra prometida de la rapidez.


Agile significa adaptación


Pues va a ser que no: agile no significa ir más rápido. Agile, lo que significa, es ser adaptativo

Y esa capacidad de adaptación, eso sí, nos puede hacer avanzar más rápído en algunos casos.

¿Qué quiere decir esto? 

Pues que, dado que nos movemos en entornos de incertidumbre y de requisitos poco claros y cambiantes, renunciamos a definir clara y completamente el alcance al inicio del proyecto y renunciamos también a hacer una planificación de tareas, tiempos y recursos para toda la vida del proyecto. En lugar de eso, vamos avanzando en ciclos cortos (lo que Scrum denomina sprints), generando incrementalmente versiones del entregable final (un software, un producto, un modelo de negocio...). Y con base en lo que vemos y el entorno, deducimos cuáles son los nuevos requisitos y hacemos un nuevo incremento corto adaptado a esa realidad.


¿Es Agile más rápido?


¿Y eso es más rápido?

Pues no exactamente, o no necesariamente. Sólo en los contextos adecuados. 

De heco, y aunque no lo voy a detallar en este post (invito al lector a razonarlo), en un proyecto con requisitos claros y entorno estable (lo que desde hace un tiempo el Project Management Institute denomina proyectos predictivos) creo es más eficiente e incluso más rápida la gestión de proyectos tradicional.

Lo que ocurre, eso sí, es que cada vez son menos frecuentes esos proyectos predictivos. Y en entornos de incertidumbre y requisitos poco claros, Agile si que tiene las armas para ir más rápido. ¿Por qué? Pues porque las inevitables equivocaciones que se producen en un entorno de incertidumbre, se corrigen de forma muy costosa y lenta en un proyecto gestionado de forma tradicional, mientras que tienen un impacto menor, mucho menor, en Agile dado que como mucho nos equivocamos en un pequeño incremento. Así que esos errores inevitables se corrigen rápido y el proyecto en su conjunto, termina antes.

Además, Agile produce una "ilusión de rapidez" por aquello de que produce resultados tangibles en iteraciones cortas. Y por eso, el cliente, o la dirección o el mercado, ven resultados pronto y los observan crecer a buena velocidad. Estrictamente hablando, eso no es ir exactamente más rápido, el final se puede alcanzar en el mismo plazo, sino hacer visible los resultados antes. Pero esa estrategia de producir resultados en pequeños incrementos, aparte de ser pieza muy importante del mecanismo de adaptación, genera esa sensación, no realmente cierta pero sí útil y atractiva, de rapidez y agilidad.


Conclusión


Este es mi convencimiento y algo que suelo destacar en las ocasiones en que explico Agile a mis alumnos o clientes.

Y me alegra ver que, aunque no sé si lo explicarían de la misma forma que yo, unas autoridades en el mundo de Agile, como son los autores del libro  'La empresa ágil' : Alonso ÁlvarezSara AguileraSusana Jurado y Míquel Rodríguez, van en una línea, al menos parecida, cuando indican:

tendemos a usar "ágil" como sinónimo de "rápido", pero en realidad también tiene una connotación de "flexible" y "adaptable".


Así que, recordemos, debemos usar Agile en entornos de incertidumbre y requisitos poco claros por muchas razones, incluido que nos pueden permitir terminar antes por gestionar mejor los cambios de alcance y requisitos. Pero no, Agile no significa realmente ir más rápido, Agile, lo que significa es ser adaptativo. La rapidez, en todo caso, se nos dará por añadidura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario