Vivimos en un mundo inundado de datos, datos que se transmiten y son accedidos desde todo tipo de dispositivos, datos cada vez más diversos,más abundantes, más complejos.
¿Queda sitio para la intuición en este mundo plagado de datos?
Aunque creo no se conoce totalmente la naturaleza de la intuición, su mecanismo cognitivo profundo, sí me parece entender que la intuición no es una verdadera magia, sino un proceso cognitivo que es capaz de obtener de forma espontánea unas conclusiones, unas ideas sencillas y accionables, a partir de unos datos complejos, quizá incompletos, quizá no del todo coherentes... o quizá demasiado abundantes...
A pesar de que tendemos a conceder un valor superior a los mecanismos de razonamiento consciente, racionales, probablemente la intuición sea un mecanismo cognitivo muy complejo, muy avanzado en realidad. Un mecanismo que, de una forma sólo en apariencia mágica, obtiene conocimiento probable a partir de una masa informe de datos.
Si disponemos de esa asombrosa capacidad de concluir en entornos imperfectos, probablemente esa facultad sea enormemente útil en una sociedad infoxificada. A la espera de que Big Data cumpla sus promesas, quizá el mejor mecanismo de que dispongamos en ocasiones para obtener algún tipo de conclusión sea la intuición, una facultad que, por tanto, no parece deba menospreciarse, sino todo lo contrario, en la sociedad de la información sobreabundante en que habitamos.
En el libro 'Too big to ignore' de Phil Simon, me encuentro esta cita, una cita atribuida a John Naisbitt, que parece abundar en las ideas que acabo de exponer:
Intuition becomes increasingly valuable in the new information society precisely because there are so much data.
Esperemos, pues, el cumplimiento de la promesa del Big Data...pero no despreciemos nuestras propias capacidades, nuestra intuición, esa especie Hadoop con el que hemos sido dotados por la naturaleza...
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