viernes, 27 de marzo de 2009

Marketing social

Ha sido una reciente y audaz oferta de Telefónica que ha obtenido amplio seguimiento y difusión: el descuento del 50% en la factura telefónica para personas en paro. Una propuesta que se integra en un paquete de ofertas orientadas a la fidelización de colectivos con dificultades en los tiempos de crisis que nos aquejan.

Una jugada genial porque con un coste mucho menor del que puede suponerse, tal y como reconoce la propia operadora, logra por un lado fidelizar a grupos de clientes que de otra manera se podrían perder con facilidad y, por otro, una enorme repercusión mediática y, sobre todo, un importante impulso a nivel de imagen como compañía con inquietudes sociales.

Probablemente esta oferta sea contrarrestada en breve por otras ofertas de sus competidores. Quizá, también, sea imitada en otros sectores. El entorno de grave crisis económica en que nos movemos, puede ver el nacimiento de un tipo de marketing y unas estrategias comerciales que pongan el foco en ese comportamiento social, en ese lado humano, en esa cercanía a los problemas de los clientes.

Podemos estar asistiendo al nacimiento del marketing social.

domingo, 8 de marzo de 2009

Dimensión afectiva de una marca

Se produjo este viernes en la cumbre de directivos de Telefónica y ha sido la noticia del fin de semana en lo que a marketing se refiere.

Telefónica ha anunciado, al parecer, que a partir de ahora, sus marcas se reducirán a dos: Movistar y O2 (con la excepción de la marca Vivo en Brasil), renunciando al uso, en lo que a marketing se refiere, de lo que ha sido su nombre y marca principal: Telefónica.

A pesar de trabajar en la operadora española, me ha cogido desprevenido la noticia y me ha provocado sentimientos enfrentados, con independencia del valor intrínseco que como política de marca pueda tener esta decisión.

Por una parte, y por lo audaz de la medida, me he sentido satisfecho. Satisfecho de que Telefónica sea capaz de tomar ese tipo de decisiones, de que en un momento en que, a pesar de la crisis, su situación financiera y competitiva parecen favorables, Telefónica sea capaz de reinventarse, de desafiarse a si misma y apostar por una nueva estrategia de marca. El momento en que un líder debe retarse a sí mismo es cuando está arriba, no cuando la cosa ya no tiene remedio. O al menos eso dicen los expertos en estrategia y marketing.

Pero, por otro lado, siento una cierta pena al perder el logotipo utilizado durante muchos años y el nombre empleado durante muchos más. Son tonterías, pequeñas debilidades, pero es que uno se acostumbra a la marca y le toma apego. Algo parecido me sucedió cuando Telefónica abandonó el logotipo 'de las bolitas' para adoptar el actual que, simplemente, proporcionaba un nombre.

Y es que, al fin y al cabo, los publicistas buscan el reconocimiento de marca y el apego a la misma. Y, claro, a veces lo consiguen...

sábado, 7 de marzo de 2009

La usabilidad en terminales móviles

Recientemente, he comenzado a utilizar como terminal móvil una flamante Blackberry Pearl 8110, un aparatito que, sin ser lo último ni lo más espectacular en terminales móviles del mercado, no está nada mal. Es bastante atractivo y aparente.

Sin embargo, los primeros días están siendo complicados, casi traumáticos. No es culpa del aparatito en sí, pero no le he podido dedicar tiempo para entender bien cómo funciona. Y las acciones más simples, como buscar un contacto, reconocer un número llamante o devolver un SMS, se me han convertido en pequeñas dificultades, en minúsculas barreras en mi trabajo, en cotidianos incordios. Por no hablar del choque que supone el uso del modo predictivo del teclado cuando quieres escribir un nombre propio, una cuenta de correo o una URL.

Curiosamente, me encontraba mucho más cómodo y trabajaba de una forma mucho más ágil con mi antiguo y modesto Nokia 6021.

Presumiblemente, esos problemas son transitorios y más debidos a mi torpeza y falta de tiempo para entender el terminal, que a un defecto del equipo en sí.

Sin embargo, creo que ponen de manifiesto la importancia que tiene en los terminales móviles, como en su momento lo tuvo para las aplicaciones informáticas de escritorio, el conseguir una interfaz de usuario sencilla, ágil y autoexplicativa. Las excelencias tecnológicas de un terminal pueden verse ensombrecidas y ocultadas si el uso del mismo es incómodo o incomprensible para el usuario.

Y no es un problema trivial conseguir esa usabilidad en terminales tan pequeños y que acumulan cada vez mayores capacidades. Es un esfuerzo arduo de diseño. Pero todo el cuidado que pongan los fabricantes en este aspecto es poco si quieren tener éxito en este complejo y competitivo sector tecnológico.

viernes, 6 de marzo de 2009

Empleados apóstoles

"...las experiencias positivas con los empleados pueden crear empleados apóstoles. Un empleado entusiasmado es contagioso."

Jeremy Wright
"Blog marketing"


Cada vez aprecio más el valor de la motivación, el compromiso y el entusiasmo como clave del éxito y el alto rendimiento, en detrimento del valor relativo que hace años concedía a la inteligencia y al talento innato. Cada vez estoy más en línea con esta apreciación de Jeremy Wright. Tal vez porque el entusiasmo es un bien escaso. Tal vez porque cada vez cuesta más encontrar empleados motivados...

¿Estamos también en una crisis de entusiasmo?

miércoles, 4 de marzo de 2009

Gazelle: ¿ Qué estará tramando Microsoft ?

Leo en la sección de empresas de tecnología del diario económico Expansión esta noticia en que nos dicen que "Microsoft prepara un competidor contra sus propios ‘Internet Explorer’ y ‘Vista’". Gazelle, que así se llama 'la criatura', se trataría, aparentemente, de una especie de navegador integrado con el sistema operativo algo que, si no recuerdo mal, ya anunciaban en el caso de Windows Vista.

Menciona la noticia que, según blogs especializados, a lo mejor esto no es más que un experimento y que puede que nunca se lance comercialmente. También se me ocurre pensar que pueda ser una mera operación de marketing para generar expectación.

En cualquier caso, siempre es importante observar que puede hacer la empresa de Redmon.

Gazelle, Gazelle... ¿ Qué estará 'tramando' ahora Microsoft ?

domingo, 1 de marzo de 2009

El mundo plano de Friedman

Hace ya unos cuantos días terminé la lectura del best-seller 'La tierra es plana' del periodista nortamericano, ganador por tres veces del premio Pulitzer, Thomas L. Friedman. Dado que es uno de esos libros que de alguna manera caracterizan el pensamiento moderno, no quería dejar pasar la ocasión de hacer algún comentario.

En la primera mitad del libro, la más atractiva para mi gusto, Friedman se ocupa de explicar los motivos que le hicieron concluir que la tierra es plana e identifica las diez fuerzas que aplanaron la tierra, a saber:

- La caída del muro de Berlín como símbolo y desencadenante de un impulso democratizador a nivel mundial.
- La salida de Netscape a bolsa, icono representativo del boom de Internet y las nuevas tecnologías.
- El surgimiento del software de 'workflow' que permite colaborar a personas y organizaciones distantes en la consecución de objetivos comunes.
- El movimiento de 'Open source' y la mecánica de colaboración espontánea de personas individuales.
- El fenómeno del 'outsourcing' o subcontratación y externalización de servicios.
- El traslado de centros productivos fuera de los países desarrollados (el 'offshoring').
- La nuevas tendencias y avances en la gestión de la cadena de suministro ('supply-chaining').
- El 'insourcing' o participación de las empresas subcontratadas en los procesos de las empresas contratantes.
- El libre acceso a la información ('informing') a través de herramientas como Google, Yahoo o MSN.
- Otra serie diversa de aplanadores que denomina 'esteroides' y que incluye la telefonía móvil, la voz sobre IP, etc

La segunda parte del libro, para mi gusto mucho menos atractiva y estructurada, vira hacia consideraciones de tipo social y geopolítico. Si en la primera parte tienen una presencia fuerte los elementos tecnológicos y de gestión empresarial, aquí aparecen cuestiones políticas, sociales así como implicaciones en países y empresas del fenómeno de la globalización. Aunque así descrito puede parecer un tema tan atractivo como el primero, lo cierto es que, al menos pàra mi gusto, el mensaje se desinfla un tanto y el libro se acaba haciendo un poco largo.

En conjunto se trata, de todas formas, de una obra muy interesante y atractiva, repleta de anécdotas y curiosidades, y escrita en un tono periodístico, como corresponde a la profesión del autor que, salvo quizá por la longitud, puede ser de alto interés para muchos tipos de lectores.