miércoles, 3 de marzo de 2021

La paradoja del sentido común y la inteligencia artificial

A pesar de que la Inteligencia Artificial ha progresado mucho en los últimos años, a pesar de que no deja de asombrarnos con sus capacidades en materia, por ejemplo, de lingüística o de creación de imágenes y vídeos, lo cierto es que la Inteligencia Artificial actual aún está muy lejos de ser una inteligencia ni remotamente similar a la humana.

Y una de las barrera más importantes, uno de los obstáculos que actualmente parecen insalvables, es el dotar a la inteligencia artificial de sentido común, algo en apariencia tan sencillo como el sentido común.

¿Y cómo es que, con tanto avances, algoritmos y tecnología no logramos alcanzar ese sentido común?

Pues porque el sentido común es cualquier cosa menos simple. A los humanos nos parece simple porque, por decirlo de alguna manera, 'lo traemos de serie'. Todos (bueno, casi todos) los humanos estamos dotados de ese sentido común. Y eso nos lleva a, en cierto sentido, minusvalorar su dificultad, de la misma forma que minusvaloramos actividades que realizamos de forma casi automática como la misma percepción e interpretación de nuestro entorno o una coordinación tan compleja como la que supone bajar una escalera.

Creo que aplica en este caso la famosa paradoja de Moravec que ya comentábamos en un artículo anterior, según la cual, tareas que para los humanos son muy complejas, resultan sin embargo muy sencillas para las máquinas, como por ejemplo, el cálculo matemático y, por el contrario, tareas muy sencillas para las máquinas son tremendamente complicadas para las máquinas. 

En el caso del sentido común es que, además, en el fondo, no sabemos exactamente en qué consiste. Sabemos que, de alguna manera, implica conocimiento general y reglas básicas de su funcionamiento, sabemos que implica una cierta lógica en la forma de actuar, pero no sabemos definirlo, explicarlo, acotarlo, formalizarlo. Y por eso, es muy difícil conseguir que una máquina disponga de él.

Y esa es una gran paradoja que afecta al sentido común y que nos destacan Gary Marcus y Ernest Davies, en su libro 'Rebooting AI. Building Artificial Intelligence We Can Trust'  donde indican:


The great irony of common sense - and indeed AI itself - is that it is stuff that everybody knows, yet nobody seems to know what exactly it is or how to build machines that have it.


Es paradójico, si. 

Podríamos decir que las máquinas realizan muy bien, en general mejor que los humanos, tareas con reglas muy claras y que sabemos 'explicarles' vía programación de manera explícita y precisa. Pero tenemos serias dificultades cuando las reglas son ambiguas o, directamente, desconocidas.

Es cierto que el Machine Learning ha sido en parte capaz de superar esta barrera que supone que una máquina, un algoritmo, sea capaz de hacer algo para lo cual no somos capaces de proporcionarle unas reglas claras, sino que las tiene que aprender por sí mismo, con base en datos y experiencia. En parte ese es el truco de la inteligencia artificial basada en datos frente a la inteligencia artificial simbólica.

Pero, debe ser que, tareas como la visión y el tratamiento del lenguaje, a pesar de las apariencias, son relativamente sencillas, y por ello hemos dado con el truco para que un algoritmo aprenda a hacerlas.

Y, sin embargo, el sentido común, quizá la capacidad en apariencia más sencilla, sea, en el fondo, la más compleja de todas, la más polifacética, la más difícil de alcanzar.

Paradojas.


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