lunes, 4 de octubre de 2021

Seis valores humanos para los robots usados en atención a ancianos

Con frecuencia, cuando se habla de ética ligada a la tecnología, y muy especialmente a la inteligencia artificial y la robótica, se hace en términos negativos, señalando sólo los riesgos y las malas prácticas e, incluso, las prácticas abusivas. 

Pero la tecnología, y en este caso la robótica, tiene una más que evidente función de progreso y mejora económica y de bienestar. Y otra función, probablemente mucho menos difundida, de actuación en acciones sociales positivas.

Uno de los ámbitos donde se está probando el uso social positivo de los robots es en la atención a ancianos, un colectivo creciente en todas las sociedades occidentales, necesitados de atención de todo tipo, física, afectiva y psicológica, y para los cuales, sin embargo, no suelen existir suficientes medios, ni económicos ni, en este caso, humanos.

En ausencia de suficientes personas para atender a los ancianos se plantea el uso de robots, de robots sociales en concreto. Este tipo de robots sociales son capaces de establecer, por mor precisamente de sus capacidades sociales, un vínculo afectivo con las personas. Bueno, en realidad son las personas las que establecen el vínculo afectivo con los robots.

De ese vínculo afectivo nacen una parte importante de los beneficios que aportan pero también, paradójicamente, alguno de los riesgos que conviene vigilar. 

Me encuentro leyendo el libro 'The robot will see you now' editado por John Wyatt y Stephen N. Williams que, recogiendo capítulos de diferentes autores, analiza los diferentes retos sociales y éticos de la robótica en una cierta conexión (tampoco muy profunda) con la fe y los planteamientos cristianos.

Y en uso de los capítulos se menciona el artículo 'Ethical values and social care robots for older people: an international qualitative study' publicado en 2016 por los profesores Heather Draper y Tom Sorell de la Universidad de Warwick. 

Sistema ACCOMPANY
Los autores del artículo, realizaban un estudio ético usando el sistema ACCOMPANY, un robot social basado en la plataforma Careobot3 y que prestaba servicio a ancianos en sus casas. Con base en este robot se planteaban cuatro escenarios y se realizaban focus groups con ancianos y cuidadores. 

Y en ese estudio se identificaron seis valores humanos que deben tenerse en cuenta en el diseño de los robots y de su interacción con los ancianos:


  • Autonomía ('autonomy'): La capacidad para hacer elecciones y dirigir la propia vida con base en esas elecciones. Lo que se propone, es evidentemente, que los robots respeten la autonomía de los ancianos.

  • Independencia ('independence'): Capacidad de actuar con base en las propias elecciones in necesidad de una ayuda externa significativa. 

  • Capacitación ('enablement'): Capacidad de adquirir o recuperar capacidades necesarias para la vida diaria.

  • Seguridad ('safety'): Aislamiento de las causas posibles de daño, ya sea por decisión propia o por las decisiones o políticas de terceros.

  • Privacidad ('privacy'): Acceso restringido a la información que se tiene acceso del anciano, incluyendo la que se adquiere por observación.

  • Conexión social ('social conectedness'): Exposición regular al contacto con otras personas.


Lo cierto es que, aunque si atendemos exclusivamente al listado de los valores parecen evidentes e irrenunciables, tal y como se plantea en el artículo, existe cierta tensión en la interacción entre estos valores y no una completa unanimidad a la hora de entenderlos por los participantes en el estudio.

Sin embargo, puede ser un marco para entender lo delicadas que pueden ser las interacciones robots-personas, especialmente en el caso de colectivos vulnerables y tomar las decisiones éticas y de diseño más adecuadas.


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