No quisiera con el título de este artículo generar unas expectativas desmedidas. No voy a hacer un tratado completo sobre la relación entre humanos y robots, por más interesante que me resulte el tema. Ni voy a analizar de manera profunda las implicaciones técnicas, sociológicas, legales o laborales que esta colaboración implica.
Lo que quiero es, únicamente, compartir des pensamientos que, de forma espontánea vinieron a mi la semana pasada a propósito de esa colaboración entre humanos y robots.
El disparador de ese pensamiento fue la inspiradora experiencia que supuso acudir a la Global Robot Expo en su sección WeAreCOBOTS dedicada a la robótica colaborativa. Allí pude atender a diversas ponencias y mesas redondas y, sobre todo, lo que más deseaba, asistir a una demo y recibir algunas explicaciones sobre un robot colaborativo de Universal Robots.
Los robots colaborativos son robots en general de dimensiones, peso y fuerza más reducidos que los robots industriales habituales y eso los hace aptos para trabajar de forma no aislada en una celda sino cercana a los humanos y eventualmente interaccionando con ellos.
Primer pensamiento: paralelismo entre robots físicos y robots software
Y se me ocurrió establecer el paralelismo entre esos robots físicos colaborativos y los robots que se manejan en las soluciones RPA ('Robotic Process Automation'), una tecnología a la que he dedicado mucho tiempo en el último año y que crea unos robots software capaces de realizar tareas hasta ahora realizadas por humanos, especialmente tareas repetitivas con altas dosis de interacción con sistemas de información y documentos.
Resulta que en RPA se distinguen dos tipos de robots: los atendidos y los no atendidos. Los no atendidos funcionan de manera completamente autónoma, ya sea de manera programada o reaccionando ante eventos, pero sin intervención de personas. Por su parte, los robots atendidos son invocados por las personas como cualquier otro programa y, de esta forma, las tareas se realizan conjuntamente entre el humano y el robot.
Y me parece estimulante observar el paralelismo del robot industrial tradicional con el robot no atendido del mundo software. Y, quizá más interesante, entre los robots colaborativos o cobots, tan de moda en la automatización industrial y los robots atendidos de RPA y como en ambos se tiende a una relación colaborativa entre los humanos y los robots.
Esto es sólo un síntoma, un caso concreto, pero detecto paralelismos más profundos e interesantes, que seguramente desarrolle en este momento en este blog o en algún otro ámbito entre esa robotización hardware y software, entre el mundo industrial y el mundo de los servicios y la oficina.
Segundo pensamiento: una razón para la colaboración humano-robot.
El segundo pensamiento me surgió cavilando brevemente sobre el porqué colaborar humanos y robots. Por qué parece estar tan de moda la relación de colaboración entre humanos y robots. Es un tema que se presta a abstracciones, idealismos y demagogias y a teorías de naturaleza filosófica, sociológica, laboral e incluso ética.
Pero a mi se me ocurrió una razón mucho, mucho más prosaica e inmediata. Sin excluir que pueda haber otros motivos más complejos o elevados, mi explicación más inmediata es muy simple: recurrimos a la colaboración humano-robot porque todavía hay muchas tareas que no somos capaces de automatizar completamente mediante robots.
Así de simple.
Probablemente, desde un punto de vista meramente económico y de negocio, fundamentalmente en lo relativo a la eficiencia, rapidez e incluso la calidad, elegiríamos la automatización completa si fuese posible. Pero, como aún no lo hemos conseguido, usamos robots para al menos automatizar lo que sea posible y los hacemos colaborativos para que puedan interaccionar de forma sencilla y segura con humanos y de esa forma, integrarlos de forma ventajosa en la cadena productiva y en los procesos de negocio a la espera de que sean capaces de automatizar de forma completa esa cadena o proceso.
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Ya lo anunciaba al inicio del artículo. Se trata de dos reflexiones sencillas y apresuradas sobre un tema que merece mucho más estudio, reflexión y debate...pero me han parecido al menos suficientemente interesantes como para compartirlas con mis lectores...
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