jueves, 18 de diciembre de 2025

Doce maravillas de la civilización moderna

Te presento una propuesta de maravillas de la civilización moderna y lo hago con un vídeo y una pequeña reflexión.

Déjame que te cuente.


Un momento de reflexión


A veces nos dejamos llevar por el pesimismo, a veces perdemos la fe en la sociedad y en la naturaleza humanas y, con frecuencia, ignoramos, probablemente simplemente porque no pensamos en ello, algunos de sus grandes logros.

Tendemos a ver las limitaciones, los problemas, los riesgos, los errores e incluso las maldades que, por supuesto, existen, no vamos a negarlo.

Pero el ser humano sigue adelante, sigue mejorando, sigue consiguiendo logros, su civilización es cada vez más avanzada y, si, a despecho de lo que a veces nos pueda parecer, también más humana.

De vez en cuando reflexiono sobre algunas cosas que disfrutamos, sobre algunas estructuras técnicas o sociales que son increíbles y que, sin embargo, nos hemos acostumbrado tanto a ellas, las hemos asumido tanto, que no las valoramos ni les prestamos la debida atención. Y, sin embargo, son extraordinarias, son maravillosas.


La iniciativa


Por eso, hace un mes o así se me ocurrió hacer esto, destacar algunas de las maravillas de la civilización moderna, logros que, salvo alguna excepción,  no reciben atención ni mediática ni tampoco individual por parte de cada uno de nosotros. Pero que son consecuciones extraordinarias, que hubieran asombrado, y maravillado, a nuestros antepasados.

En mi idea inicial estaba alguna posibilidad como lanzar primero en mis medios digitales una búsqueda de propuestas por parte de mi red de contactos e intentar luego hacer una selección y concentración. Pero al final, en parte por falta de tiempo, en parte por miedo a no tener apenas respuesta, he decidido, simplemente, dar mi opinión, hacer una propuesta propia.

He seleccionado al final doce realidades que considero asombrosas, maravillosas, de la sociedad moderna, fenómenos y estructuras bastante globales (algunos por desgracia no del todo) y que suponen un enorme avance científico, técnico, social o moral. Como la decisión es absolutamente personal, y debo confesar que ni siquiera le he dedicado un gran tiempo de análisis, es posible, lector, que no estés de acuerdo con alguna de las maravillas o que eches de menos otras.

De cara al primer caso, que no estés de acuerdo, en lo que sigue te explicaré un poco el criterio o porqué considero eso una maravilla. En el segundo caso, echas de menos alguna maravilla, en realidad es fenomenal, porque demuestra que hay aún más maravillas, más cosas a las que apreciar y de las que asombrarse.


Las doce maravillas


Bueno,  ¿y cuáles son esas doce maravillas? Pues propongo las siguientes


  • Conectividad global
  • Sociedad de la información
  • Inteligencia artificial
  • Biotecnología
  • Medicina y farmacia
  • Suministros hasta el hogar (agua potable, electricidad, gas)
  • Conquista del espacio
  • Alfabetización y educación
  • Espíritu deportivo
  • Democracia y estado de derecho
  • Sistemas de protección social
  • Misiones y voluntariado


A continuación te explico brevemente en qué consisten y por qué las considero maravillosas.


Conectividad global


Creo que, en efecto, la conectividad de que disponemos es algo extraordinario. Es increíble que hayamos sido capaces de interconectar prácticamente todo el mundo, usando diferentes tipos de redes (fijas, móviles y satélite). Es increíble que podamos hablar en la distancia, enviarnos mensajes y correos, compartir fotografías y vídeos y todo ello en tiempo real. Es increíble haber construido toda esa infraestructura a nivel mundial, ser capaces de mantenerla y hacerla una infraestructura robusta con poquísimos fallos, y que exista interoperabilidad de forma que se perciba como una red única. Es increíble ser capaces de comunicarnos en tiempo real en cualquier parte del globo, en cualquier momento. Creo que no nos damos cuenta de lo increíble que es Internet y la redes en que se apoya y lo que habilita y potencia otros avances.


Sociedad de la información


Igualmente, creo que no valoramos del todo la maravilla que supone todo el mundo digital, todo lo que en algún momento se llamó sociedad de la información, término ya bastante en desuso, e incluso vivir plenamente hoy en día lo que en el año 2000 se denominaba 'nueva economía' y que entonces parecía un sueño, maravilloso, pero un sueño.

Creo que no nos damos cuenta de cómo lo digital y los sistemas de información han transformado el mundo, todo lo que nos añaden en forma de acceso a la información y conocimeinto, de dinamización de la economía, de eficiencia, de ocio y diversión, de mecanismos de participación e interacción.

Si hace treinta años hubiésemos podido contemplar el mundo digital actual, creo que no nos lo creeríamos.


Inteligencia artificial


Quizá, de las maravillas que menciono, ésta es la única que sí que recibe muchísimo foco mediático, eso si, con frecuencia no con los menajes correctos ni adecuados. La inteligencia artificial´, muy especialmente en su variante generativa, es una tecnología casi mágica, de una potencia extraordinaria, transversal, muy fácil de usar, y con una enorme capacidad de transformación, que ya estamos viendo y más que veremos en los próximos años.

De esta maravilla, creo que sí somos conscientes, pero no podía por ello dejar de incluirla.


Biotecnología


Y no todo es digital, los avances en tecnologías biológicas, muy especialmente lo que tiene que ver con la genética son, no sólo increíbles, es que además abren unas puertas extraordinarias en ámbitos como la salud, la agricultura y ganadería, la producción de alimentos, tan necesaria, y muchísimo más.


Medicina y farmacia


Y somos herederos, pero continuamos desarrollando, todo lo que tiene que ver con el diagnóstico y tratamiento de enfermedades y alteraciones de la salud y nuestras condiciones físicas y mentales. Cada vez hay más potentes mecanismos de diagnóstico, más fármacos,  más vacunas, más técnica y tecnología quirúrgica, mas conocimiento sobre prevención. Y disponemos no sólo de la ciencia y la técnica sino también de la organización para, por ejemplo, la realización de trasplantes.

El extraordinario alargamiento de la esperanza de vida se debe, en buena medida a todos estos avances. Algo que valoramos mucho cuando lo necesitamos, pero quizá no tanto en otros momentos y, sobre todo, que quizá no valoramos como un enorme y maravilloso avance para la humanidad.


Suministro hasta el hogar (agua potable, electricidad, gas)


Quizá una de las maravillas más inadvertidas de las que propongo sea ésta, la que cae bajo el paraguas de las denominadas 'utilities': el disponer en una gran parte de hogares del mundo de un suministro constante y fiable de agua potable y de energía en forma de gas y electricidad (a lo que se añadiría las comunicaciones). Está tan presente, al menos en los países desarrollados que no lo valoramos pero es un avance extraordinario. No se trata sólo de comodidad y eficiencia, es que, en el caso del agua potable, en el fondo es también un tema de higiene y salud.

Y, de nuevo, de forma parecida a como ocurría con la conectividad, se apoya en unas infraestructuras de redes complejas que es preciso desplegar, operar y mantener... y hacerlo de manera robusta. Y lo hacemos, de hecho. Y por más acostumbrados que estemos a ello, debemos reconocer que es fantástico, asombroso.


Conquista del espacio


Espectacular, y quizá por eso sí algo más valorado, es la capacidad de realizar viajes espaciales, es haber sido capaces de haber puesto el pie en la Luna y estarlo planeando en Marte, es ser capaces de enviar sondas y exploradores a planetas mucho más lejanos e incluso fuera de nuestro sistema solar.

Y aunque no exento de algunos riesgos, es increíble ser capaces de tener en órbita de manera estable una estación espacial (la estación internacional) y todos los satélites que proporcionan todo tipo de servicios.


Alfabetización y educación


Saltando ya a un ámbito más social, otra maravilla, aunque por desgracia no es del todo global, son los altos niveles de alfabetización y la provisión de educación de manera generalizada a la población. Algo que queda patente su se compara con los niveles de alfabetización de tan sólo unas décadas atrás. 

El desarrollo y realización de las personas y también el propio progreso de las naciones depende en buena medida de esto, de el nivel de educación. Aunque en este asunto no hemos alcanzado la globalidad, sí que creo que los avances y la generalización conseguidas hasta la fecha, son suficientes como para considerarlo una maravilla.


Espíritu deportivo


Esta propuesta quizá pueda sorprender y, a lo mejor, estoy influido por mi propio disfrute y aprecio de la actividad deportiva. Sin embargo, creo que el deporte y, sobre todo, el espíritu deportivo, cuando se interpreta correctamente muestra una de las mejores caras del ser humano.

Esa mezcla, por una parte de autoexigencia, de espíritu de superación del deportista individual, unido al trabajo en equipo en los deportes en que aplica y, sobre todo al respeto profundo por el rival e, incluso la camaradería con ese rival, es una de las expresiones más bellas de voluntad, excelencia e incluso diría que bondad. Y es maravillosa. 

Al menos, eso me parece a mi.


Democracia y estado de derecho 


Por desgracia no presente en todo el planeta, e incluso enfrentada a culturas que no la valoran, creo que la existencia de la democracia y el estado de derecho es extraordinaria y la forma más avanzada, y más humana, de organización política y social que conocemos, al menos por el momento. Y todo ello, fundamentalmente por dos grandes valores que la acompañan.

Por un lado la libertad, que permite la tranquilidad de espíritu, el desarrollo personal y social e, incluso el disfrute.

Por otro, la ley y el estado de derecho, el reconocimiento y la garantía de respeto a la persona y sus derechos y libertades, la eliminación de la arbitrariedad. Eso nos aporta ética, seguridad, tranquilidad y es una plataforma liberadora también para poder concentrar las energías y esfuerzos en cosas mucho más valiosas que defenderse.

El derecho nos viene de muy antiguo, no es realmente moderno, pero su interpretación y su unión con los regímenes democráticos es actual, y es potente y maravilloso. 


Sistemas de protección social


Como extraordinario es, y ojalá que podamos mantenerlo, todo lo que tiene que ver con la protección social, lo que se ha dado a veces en denominar 'el estado del bienestar': la ayuda y protección a personas y colectivos cuando situaciones vitales crónicas o puntuales, les ponen en posición de debilidad o de vulnerabilidad. Todo lo que tiene que ver con la atención sanitaria universal, con la atención a mayores y su protección incluyendo jubilaciones, los subsidios para situaciones especiales como el desempleo o la discapacidad, son, por un lado, una manifestación de generosidad y, por otra parte, una garantía del mantenimiento de una vida en condiciones de dignidad.

Un gran tesoro, por desgracia sólo plenamente implantado en general en países desarrollados, e incluso en ellos, en riesgo. Una maravilla de la sociedad moderna que deberíamos luchar por conservar y por extender. 


Misiones y voluntariado


Y, cuando no llegan los estados, tenemos el voluntariado, con una primera manifestación, ya secular, en forma de misiones que, pese a su raíz ligada a la religión se transforma casi más en un mecanismo de ayuda y acción social, cada vez más apoyado por un voluntariado más seglar, pero compartiendo ambos una enorme generosidad y constituyendo también una de las más altas manifestaciones de la bondad humana


El video


Y, explicadas las propuestas y antes de terminar, sólo dejar aquí el vídeo que recoge, en dos minutos y medio, el resumen de estas doce maravillas



Conclusiones


No ignoro que, asociada a alguna de esas maravillas también hay riesgos, riesgos a gestionar, pero eso no les resta, al menos no en mi opinión, su carácter extraordinario y maravilloso.

Tampoco ignoro que esta selección de doce maravillas es subjetiva y en cierto sentido arbitraria, que seguramente pueda estar sujeta a revisión o ampliación, pero, como se suele decir, creo que, riesgos aparte, 'son todas las que están' y si no 'están todas las que son', a lo mejor esta iniciativa puede ser susceptible de revisión, quizá el año que viene, pero, sobre todo,  si realmente no 'están todas las que son', si aún hay más maravillas, eso no hace más que reforzar el mensaje optimista y de confianza en la humanidad que me gustará transmitir.

 

miércoles, 17 de diciembre de 2025

Mirando a la eternidad: cuatro puentes hacia una ampliación radical de la esperanza de vida humana

En algunas de las ideas futuristas, ambiciosas y tecno-optimistas presentes en el pensamiento actual,  se encuentra la posibilidad de extender la duración de la vida humana, de hacer que ésta se prolongue muchos años más de lo que sucede habitualmente hoy en día. Y ello, claro, por la aplicación de soluciones científicas y técnicas. Unas ideas ideas que creo caen dentro, o rozan, los ámbitos del transhumanismo y el poshumanismo.

Hay quien, incluso, afirma que, salvo accidentes, se podrá vivir eternamente e. incluso que la primera persona que vivirá mil años ya ha nacido.

Veamos.


La evolución de la esperanza de vida


En el libro 'The singularity is nearer' de Ray Kurzweil, se nos resume brevemente el orden de magnitud de la esperanza de vida a lo largo del tiempo. 

Así, se nos dice que hace unos mil años, la esperanza de vida de un humano, se situaba en torno a los veinte años. A mediados del siglo XIX, en el Reino Unido, esa esperanza de vida alcanzaba los cuarenta años. Hoy en día en la mayoría de los países desarrollados ya supera los ochenta años.

Más allá de que creamos en la posibilidad o no de prolongar indefinidamente la vida, lo cierto es que, viendo la tendencia,  no parece descabellado pensar en seguir extendiendo esa esperanza de vida siempre, eso sí, con la prevención de que pueda existir alguna forma de umbral, alguna forma de límite natural, que se demuestre insuperable por algún motivo biológico en forma de degradación material o similar. 


El razonamiento de la eternidad... o casi


Algún pensador, como Aubreay de Gray afirma que la primera persona que vivirá mil años ya ha nacido.

El razonamiento de una eventual eternidad, sobre todo esa afirmación de que la primera persona que vivirá mil años ya ha nacido, una propuesta que en general parece arriesgada y para muchas personas directamente inasumible, no se basa, hasta donde conozco, en una especie de 'roadmap' científico o tecnológico concreto o en la demostración factual de que no existe ese límite natural a la vida humana que mencionaba antes.

Aunque no lo he investigado en profundidad, creo que esa teoría se apoya básicamente en una proyección y una esperanza de mejora. La idea es que avanzan tanto la ciencia y la tecnología, que, durante la vida de personas que ya han nacido, dará tiempo a que se encuentren remedio para todas las enfermedades o males que puedan padecer y, por tanto, se irán 'curando' de cualquier enfermedad o mal que les pueda aquejar (exceptuando, claro, muertes violentas). Y por tanto, personas vivas  actualmente verán prolongarse su vida mucho más de lo que es concebible ahora mismo, quizá hasta esos mil años


Los puentes de Kurzweil


En el libro de Ray Kurzweil, se habla de cuatro puentes que nos llevan hacia esa vida extendida, cuatro puentes que ya se construyeron en algún caso en el pasado y, en el caso de otros, estamos en ello. Estos son los cuatro puentes según Kurzweil:


  • Dieta y estilo de vida: Dado que muchos de los males que nos aquejan y que aún no se solucionan con fármacos provienen de nuestro interior, de la degradación de nuestra materia biológica, el primer puente se basa en algo tan simple, siempre según Kurzweil,  como una dieta adecuada, un estilo de vida sano y, eventualmente, la suplementación con elementos nutritivos adecuados. Para Kurzweil, sólo este factor explica una buena parte de la mejora en esperanza de vida del pasado

  • Combinación de biotecnología e inteligencia artificial: En un paso ya más futurista y fuertemente tecnológico, Kurzweil espera que esta combinación de biotecnología e inteligencia artificial sea un arma fundamental para la lucha contra enfermedades degenerativas. Kuzrweil espera que se desarrollen modelos de simulación que sustituyan a las pruebas clínicas acelerando mucho el proceso de desarrollo de medicamentes.

  • Nano-robots médicos: Una idea en la que insiste mucho Kurzweil en su libro y que nos habla de unos ingenios microscópicos capaces de realizar labores de mantenimiento y reparación a nivel celular.

  • Backup digital de la mente: En lo que quizá sea la expectativa más radical, Kurweil identifica como cuarto puente la posibilidad de realizar un backup de nuestra mente sobre un soporte digital, eventualmente en la nube. Con esto, la mente y la identidad personales podrían sobrevivir, incluso, a la muerte del cerebro físico. Para Kurzweil esto se conseguirá en 2040... el punto de la singularidad.


No ignoro lo radical que suenan estas propuestas y no me atrevo a darlas como ciertas, ni siquiera como probables, pero sí quisiera dejar constancia que, pesa a lo radical y en apariencia fantasioso de estos puentes, cuando uno se lee el libro de Kurzweil, descubre un razonamiento muy bien documentado, el análisis previo de muchos datos y un desarrollo racional sensato, aunque especulativo.


Conclusiones


La esperanza de vida humana ha ido aumentando de manera notable en los últimos siglos, y muy especialmente en las últimas décadas, por lo que no parece descabellado pensar que pueda seguir creciendo en alguna medida.

Sin embargo, existen propuestas radicales que hablan de vivir mil años o incluso una casi eternidad. En concreto, Ray Kurzweil identifica cuatro puentes que permiten extender de forma radical la esperanza de vida y, acercarse a esa eternidad.



viernes, 12 de diciembre de 2025

Inteligencia artificial, capacidades y las tres olas hacia el desempleo

Mucho se discute sobre si la digitalización en general, y la automatización de tareas cognitivas por parte de la inteligencia artificial en particular, tendrán o no un impacto estructural neto en el empleo o no, es decir, si crearán o no un desempleo estructural, masivo e inevitable.


Inteligencia artificial y empleo neto


Lo cierto es que, como suelo contar en cursos y charlas, hay posiciones, o más bien opiniones, encontradas. Hay informes emitidos por entidades reputadas como el World Economic Forum o McKinsey que presentan visiones diferentes.

Unos piensan que sí, que con las tecnologías digitales en general, y la inteligencia artificial en particular, se automatizarán tantas y tantas tareas que, simplemente, no se necesitará trabajo, trabajo humano me refiero, en cantidad suficiente como para dar empleo a la población en edad de trabajar.

Otros piensan que, aunque se producirá la destrucción de ciertos empleos, puede que muchos empleos, también se crearán necesidades nuevas, y empleos nuevos, y que el balance neto será positivo. Este segundo grupo se apoya en el hecho de que, en el pasado, así ha sucedido con otras revoluciones tecnológicas.

De manera muy breve, mi opinión es que, simplemente, no sabemos lo que va a ocurrir, pero de lo que no cabe duda es que algunos empleos se destruirán y algunos se crearán, y que habrá ganadores y perdedores, a nivel tanto de empresas como de personas, por lo que debemos estar muy atentos, monitorizando de manera continua y actuando.

En el libro 'The singularity is nearer' de Ray Kurzweil, cuya lectura finalicé no hace mucho, se menciona un planteamiento que, más allá de que pueda estar de acuerdo o no, me ha parecido interesante.

Este planteamiento se debe a personas como Erik Brynjolfsson, citado por Kurzweil, quienes piensan que esta revolución tecnológica es diferente a todas las anteriores y que tendrá un efecto neto de destrucción de empleo.


Formación y capacidades ante una revolución tecnológica


Ante una revolución tecnológica, desde un punto de vista laboral, de empleabilidad o de gestión del talento, una de las razonables y casi inevitables opciones en la formación, formación en conocimiento o habilidades, las famosas 'skills', que nos permitan adaptarnos para usar las nuevas tecnologías o procesos, o para adquirir capacidades nuevas valiosas cuando las que a lo mejor teníamos han dejado de ser necesarias o de estar valoradas.

Y, más allá de las innegables incertidumbres, o quizá por ellas mismas, mi actitud personal, y mi consejo para cualquier profesional, es estar muy atento y adaptarse y formarse de manera continua.


Las tres olas


Bueno, el caso es que el planteamiento, bastante pesimista hay que decirlo, pero que me ha parecido interesante, es la idea de las tres olas, tres olas que recogen el impacto de las tecnologías en las capacidades y en el tipo de empleo demandado.

Y las tres olas que se mencionan, son;


  • 'deskilling': En esta ola, las tecnologías producen una simplificación de las tareas, requiriendo menos conocimientos y habilidades humanas. En el libro se menciona cómo para llevar un carro de caballos se necesitaban muchas más capacidades que para conducir un automóvil, que sería la tecnología sustitutiva. Con la introducción de automóviles, En conjunto, la sociedad es más eficiente y productiva, pero tiende a llevar a empleos menos cualificados y peor pagados.

  • 'upskilling': Opera justo en sentido contrario y, según el autor, tiende a seguir a la ola anterior. En este caso, y siguiendo con el caso de la conducción, se nos indica cómo el uso de sistemas de navegación implica aprender a manejar unas tecnologías electrónica antes no existentes y demandando nuevas capacidades. La consecuencia para el empleo es que, si, se crean empleos más cualificados y mejor pagados... pero en menor cantidad.

  • 'nonskilling': Esta es la ola final, y la más temible. En este caso es que, simplemente, no se necesitan capacidades humanas. El ejemplo que se propone, para rematar el caso de la conducción, es el de los vehículos autónomos. La tecnología, pues, es capaz de asumir completamente la tarea. Y lo que se argumenta es que la inteligencia artificial tiene una capacidad no vista hasta ahora para sacar a los humanos de la ecuación. Sí que se nos hace la advertencia de que tarea no es lo mismo que profesión por lo que, en algunos casos, la asunción completa de tareas por una tecnología como la inteligencia artificial, lo que llevaría es más bien a, manteniendo la profesión, pivotar el foco de ésta hacia otras tareas, unas tareas que, en general, serán más cualificadas y retornando en cierto modo hacia el 'upskilling'.

En cualquier caso, no parece ser una visión muy optimista de cara al empleo futuro.


Conclusiones


Sigo pensando que, en el fondo, nadie sabe si las tecnologías digitales, y muy especialmente la inteligencia artificial, producirán un desempleo masivo y estructural, pero el peligro, sobre todo si se considera a nivel individual o de empresa, es real.

Por tanto, renuevo mi apuesta de monitorizar constantemente el panorama tecnológico y laboral, para detectar y entender las tendencias y cómo nos afectan o nos pueden afectar, y un reforzamiento de capacidades y habilidades que nos permitan adaptarnos y seguir siendo valiosos en el mundo laboral, un esfuerzo que, además, no podemos delegar en nuestra empresa o en el estado: somos los interesados en primera persona en nuestra capacitación y nuestra empleabilidad.

Asumamos, pues, el timón de nuestra carrera profesional, quizá amenazada, y tomemos decisiones y acciones responsables.


domingo, 7 de diciembre de 2025

Veinte años en Internet: la experiencia y las perspectivas

En este puente de la constitución, en concreto ayer Sábado 6 de Diciembre, se cumple un aniversario un poco particular: el de mi presencia en Internet. Y, en concreto, en esta ocasión se cumplen 20 años desde mi primera aparición en Internet. Por aparición me refiero no como usuario, navegando, que ya había tenido lugar un tiempo antes, sino publicando. creando contenidos. 

Esta onomástica la recuerdo desde hace mucho, con un post anual en un blog, 'La vida de color azul' que, en su momento, fuera mi primer blog y que hoy en día, y desde hace mucho, registra una muy baja, que no nula, actividad. Y, en efecto, ayer publiqué el post anual correspondiente con el lacónico título 'Veinte años en Internet'. En ese post, y como suelo hacer, hago un recordatorio tanto de mis primeros días en Internet como del camino seguido hasta la actualidad y alguna breve perspectiva de futuro.

Pero este año he querido hacer algo más... y ese algo más es este post publicado en 'Blue Chip', el que hoy en día es, con diferencia, mi blog principal. Y he querido hacerlo, en parte por tratarse de un número redondo (y no menor), pero en parte también para compartir alguna valoración ante lo que puede ser una especie de crisis múltiple que afecta a Internet y, especialmente a redes sociales y publicación de contenido. 


Un poco de historia


Antes una breve historia, la historia de cómo inicié mi presencia en Internet. La cosa fue como sigue: allá por 2005 contraté a la que entonces era mi empresa, Telefónica, el servicio ADSL. Como parte de los beneficios del servicio, te ofrecían la posibilidad de usar correos en el dominio telefonica.net y, además, y esto es lo más relevante, te daban alojamiento gratuito para tener una página, bien es cierto que sin dominio propio y con una URL un poco estrambótica.

Y yo, que era tecnólogo, que hacía unos años había sido desarrollador, que había hecho 'algunos pinitos' con HTML me dije ¿Cómo no voy a tener yo una página en Internet? Y, dicho y hecho, me leí algún libro de HTML y de JavasScript para repasar algún concepto y para tener una especie de manual de referencia, y me puse a ello  

Aprovechando el largo puente de Diciembre, el 6 de Diciembre de 2005 probé la publicación y navegación y coloqué el típico mensaje 'página en construcción'. Dos días después, el 8 de Diciembre, publiqué la primera versión completa de la página. 

Y este hecho, la publicación, primero de la página en construcción, y luego ya de una versión completa (aunque modesta) de mi primera página personal es lo que conmemoro todos los años en este puente.

Voy a repasar un poco los diferentes elementos de mi presencia en Internet y lo que significan o han significado.


La página personal


Lo primero que creé fue esa página, bajo el concepto, que hoy en día no se utiliza mucho, de página personal. Por motivos que no me voy a detener a explicar, llamé a esa página 'Mundo Azul'. Su formato original, en el alojamiento de Telefónica, ya no está disponible y me da mucha pena y mucha nostalgia recordar cómo era en su formato original. Y también nostalgia de esa época. Entonces las páginas personales se hacían de manera bastante artesanal y recopilabas aquí y allá elementos que la pudieran enriquecer y que veías en las páginas de otros: el contador de visitas, el libro de firmas (algo completamente perdido hoy en día), los foros, etc.

Aunque la página original está perdida (bueno, almacenada en mis discos duros) mantengo una versión remozada, aunque de aspecto actual muy 'vintage',  bajo el alojamiento de mi página oficial actual. Esta página personal, este 'Mundo Azul', lo mantengo vivo, fundamentalmente con reseñas de libros, pero realmente no lo promociono, apenas cuido su SEO y apenas tengo visitas. Irónicamente me digo para mi que, casi, casi, está en la 'dark web'.

La que es importante actualmente es mi página oficial ignaciogavilan.com, que sí que la mantengo muy viva (aunque quizá el contenido estático debería ir pensando en revisarlo), sirve de alojamiento a mi blog principal, Blue Chip, enlazo con mis otros canales y uso su dominio también como paraguas para otros blogs y para mi correo profesional.


Blogs


Parte para mi fundamental de mi presencia en Internet son los blogs. Empecé, como casi tantas cosas de mi presencia en Internet, sólo por 'cotillear', por explorar a ver qué era eso de lo que tanto oía hablar, y como por decir 'cómo no voy a tener yo...', en este caso, un blog.

Y, en efecto, en Junio de 2006 cree mi primer blog, en la plataforma Blogger de Google. En su momento simplemente hablaba del 'Blog de Mundo Azul', porque lo consideraba como una mera extensión de mi página personal. Años después lo rebautizaría con su nombre actual 'La vida de color azul', aunque conservando el subtítulo de 'El blog de Mundo Azul'. Hubo una época en que publicaba bastante en él, y contenidos muy heterogéneos, que incluían literatura, deportes, tecnología, en fin, cualquier cosa de mi interés y de lo que me apeteciese publicar algo. Hoy en día, sin embargo, absorbidos sus contenidos principales en otros blogs o medios, sobrevive con sólo dos posts anuales  'obligatorios', el del aniversario de la presencia en Internet y la editorial navideña y, muy de vez en cuando, algún otro tema.

En Octubre de 2008 lancé 'El cielo del gavilán', dedicado a literatura y humanidades (sobre todo literatura). En sus primeros años era un blog más profundo y reflexivo, ahondando en elementos de teoría literaria o de otros ámbitos de las humanidades. Pero esa línea, que me gustaba mucho, sería muy difícil de mantener hoy en día en que tengo puesta mi mente en otras cosas. Así que en los últimos años se centra en algo que al principio me resistía a hacer: reseñas de libros. Unas reseñas muy sencillitas, no muy profundas ni de gran calidad, pero con alguna perspectiva u opinión sobre los libros que he leído del ámbito de la ficción y el ensayo (no profesional).

Y, en Enero de 2009 lancé lo que, desde entonces, es uno de mis buques insignia de mi presencia en Internet: el blog 'Blue Chip', de carácter fundamentalmente profesional centrado en tecnología y su impacto en los negocios, la economía y la sociedad. Un blog muy vivo, del que, sinceramente, me siento muy orgulloso y que, incluyendo este post, recoge ya 2.349 posts, algo que, en un mundo tan poco constante y tan dado al cambio y a lo efímero como es el actual, creo que es un récord que pocos blogs, y mucho menos blogs personales, pueden igualar.

También he colaborado el blogs externos. Quiero destacar muy especialmente, por lo especial de la iniciativa, y por la cantidad (y en mi opinión calidad) de los artículos que aporté, la colaboración con el blog 'A un Clic de las TIC' de Telefónica Empresas. Un blog muy especial, centrado en tecnología y tendencias y  en que, de forma totalmente voluntaria y desinteresada, escribíamos empleados de Telefónica. Y debo decir que la calidad de los contenidos era muy alta. Un blog ya desaparecido, por desgracia, pero del que creo que todos los que participamos guardamos un gran recuerdo. No en vano, hace muy poco he anunciado la publicación del libro 'De la EGB a la IA' un libro coral escrito por trece autores a los que el principal nexo que nos une es, precisamente, la participación como contribuyentes en 'A un Clic de las TIC'.  

Para mí que me encanta escribir, que valoro tanto el conocimiento, y que me gusta tanto la comunicación, un blog es una herramienta especial: una herramienta que concentra redacción, mensaje, conocimiento, que por las características del proceso de escritura, te ayuda a consolidar conocimientos y construir mensajes y que, además, es una poderosa arma de marca personal.

Es quizá uno de los medios más exigentes pero, en parte también por ello, de los más satisfactorios para mi.


Redes sociales


Con las redes sociales comencé también tanteando, muy especialmente en el caso de Twitter. La verdad es que, lo que es estar dado de alta, estoy como usuario prácticamente en todas las que han tenido o tienen alguna notoriedad. Pero no en todas estoy activo, y en las que lo estoy, es con variable intensidad. Redes que he probado, en las que estoy dado de alta pero que realmente no trabajo hoy en día, son Pinterest, Twitch o Tik-Tok.

De las que estoy activo, para mi la principal, con diferencia, es LinkedIn, lugar donde aparte de mantener una extensa y creciente red de contactos, publico los contenidos de carácter profesional más relevantes de mis otros canales (blog Blue Chip, Canal YouTube, podcasts, etc).

Con menor intensidad, mantengo una fan page de carácter profesional en Facebook así como un perfil personal que intento circunscribir realmente a lo personal. Sin exhibir una actividad muy fuerte, cada vez estoy más activo en instagram, con un perfil realmente un poco ecléctico que mezcla lo profesional y lo personal y que, quizá por lo de la parte personal, no estoy promocionando en exceso.


Microblogging


En Twitter también entré simplemente por curiosear, por ver cómo se sentía el tuitear o seguir tuits, pero no pensaba que me iba a encajar mucho. Sin embargo, al final sí que me enganchó, y no sólo me enganchó, sino que le vi la utilidad práctica como forma de enterarse rápidamente de noticias (al menos el titular), de detectar fácilmente tendencias y, por mi parte, de promocionar contenidos. Aunque últimamente ha decrecido un poco mi participación, sobre todo por falta de tiempo y, en menor medida, por las polémicas y dinámicas que rodean a esta red desde que fue adquirida por Elon Musk, sigo considerándolo un medio diferente, especial y valioso.

He experimentado también por Blue Sky, por comprobar en qué consistía y, como preparación ante una eventual migración masiva a esa red de los usuarios de la ahora llamada X, una migración masiva que, realmente, no se ha producido. Aún así, me mantengo en esta red que hace un poco de espejo de lo que publico en X.


Video


También hace ya bastante, y no sin cierta reserva, abrí un canal YouTube que, 'tacita a tacita' va creciendo en contenidos y seguidores. En él incluyo vídeos que forman parte de otros canales (como el video-podcast 'Divergencias') o iniciativas como 'The Robot Notes' con contenidos sobre robots, la serie 'Los libros y yo' o relacionado con mis libros como las 'píldoras robóticas' relacionadas con mi libro 'Robots en la sombra'. Pero también publico algún vídeo específico, con frecuencia relacionado con cursos o charlas que imparto. Es trabajoso y creo que debería mejorar en producción de vídeo, pero es un canal que me gusta mucho.


Los podcasts


Al tema de los podcasts puedo decir que, en cierto modo, he sido impulsado desde fuera. Muy especialmente, mi amiga Virginia Cabrera me lio para participar de forma permanente en el podcast 'Caminos de knowmad', centrado en el mundo de los trabajadores del conocimiento, los freelance y, sobre todo, en historias de reinvención personal y profesional, con frecuencia ligadas al paso desde un entorno corporativo a uno trabajo por cuenta propia. Este podcast lleva ya en el aire más de tres años, que tampoco es poca cosa.

Algo después, otro de los componentes de 'Caminos de knowmad' y muy amante de los podcasts, Alex de Fuenmayor, me invitó a participar, también de manera permanente, en el podcast 'Código abierto', muy centrado en tecnología, innovación y tendencias y que comenzó su andadura, en Marzo de 2024.

Y poco después, tras lo positivo de la experiencia con podcast, y con la confianza de saber ya cómo se producían, me lancé hace como año y medio, en Abril de 2024, a abrir mi propio podcast, 'Divergencias' de episodios cortitos (digamos que de media quince minutos) sobre temas diversos y un poco divergentes de mi 'línea editorial' habitual (de ahí el nombre del podcast).


Marca personal y vocación


Para mi, y en eso no creo haber sido original, la presencia de internet, más allá de la satisfacción de la curiosidad, de la exploración, de estar al día, de la información, del entretenimiento, supone dos cosas: realización de una vocación y marca personal-

Realización de una vocación porque en Internet, en el hecho de crear y publicar contenidos, realizo algunas de las cosas que más me gustan como es profundizar en conocimiento de todo tipo, escribir y, en general, comunicar.

Y marca personal porque la presencia en Internet, cuando es de una cierta calidad, es un elemento de promoción personal y profesional. Aunque nunca he conseguido números espectaculares de seguidores, aunque nunca he conseguido convertirme en un auténtico 'influencer' (cosa que creo que me hubiera gustado)  sí que existe una comunidad no menor que me sigue y noto, de forma tangible que, en efecto, mi presencia, lo que publico y la actividad a que me dedico, es conocida por un círculo, quizá no inmenso, pero de cierto tamaño y, además, bastante selecto en cuanto perfil y calidad.


La crisis de los blogs


Pero este mundo de Internet, este mundo de los contenidos, parece estar en crisis en varios aspectos. Están en crisis, en realidad, desde hace ya bastantes años, los blogs, quienes fueran probablemente los abanderados de la web 2.0. Y creo que están en crisis, en parte, porque nos conducimos a una sociedad superficial y que valora lo inmediato.

Y un post de un blog lleva tiempo escribirlo y, lo que es más importante, lleva un tiempo leerlo. Y creo que cada vez se valoran más contenidos que se consuman mucho más rápido, de ahí el auge de redes de tipo tik-tok o Instagram y dentro de ésta, las 'stories'.

Los blogs creo que quedan como reducto para aquellos a los que nos gusta profundizar más, tanto al crear el contenido como al consumirlo. Es verdad que se pierde un poco la oportunidad de la masividad, pero creo que hay un nicho suficientemente relevante como para que, si te gusta, siga teniendo sentido publicar en blogs.


La crisis del microblogging


En crisis más reciente está el microblogging (que es casi tanto como decir X, la antigua Twitter). Aunque creo que se notaba ya una cierta saturación, y una cierta necesidad de clarificar el modelo de negocio, la crisis se ha desatado en gran medida por la llegada de Elon Musk, a la que se une alguna decisión arriesgada y polémica desde el puro modelo de negocio de la actual X y los cambios algo precipitados y casi caprichosos introducidos en la red, a todo lo cual se une el propio y polémico perfil de Musk.

Hay otra crisis bastante coincidente en el tiempo que tiene que ver, por decirlo de alguna manera, con la ética: con la abundancia de trolls, mensajes agresivos o manipulación de contenidos, que hacen a algunos usuarios huir del medio o disminuir su participación.

Sin embargo, por la propia dinámica de las redes sociales, por la importancia de los efectos de escala, es difícil que triunfe una red alternativa (como es el caso de Blue Sky). Diría que estamos en una especie de 'impass' en que X no crece y tiene algún riesgo pero, por otra parte tampoco se hunde y no hay una alternativa creíble. 

Y es que, además, X es una red muy particular que, problemas y polémicas aparte, ofrece un servicio diferente al resto de redes y ocupa un espacio al que hoy en día es difícil renunciar. 


La crisis de las redes sociales


En general, las redes sociales están un poco en crisis. Aparte de una cierta degradación en calidad de contenidos (que afecta incluso a la red más seria, LinkedIn), también parece que el público joven va emigrando a otras formas de relación. LinkedIn y, sobre todo, Facebook, se ven ya como 'pasadas de moda', como de mayores, y los jóvenes se centran en redes más superficiales (como Instagram o Tik-Tok) o en mensajería (ej WhatsApp) más que en redes sociales como tales.

En general, también parece existir una crisis de prestigio en las redes, sometidas a la sospecha de la manipulación comercial, política e ideológica ,o los efectos adversos que parecen producir en los jóvenes.


La posible crisis de la creación de contenidos


Finalmente, diría que la creación de contenidos también sufre una cierta crisis, sobre todo de calidad. No me refiero a calidad material o de producción (que diría que tiende a mejorar) sino de mensaje, de conocimiento, de calidad intelectual.

Probablemente sea una consecuencia de otras crisis como la de la superficialidad ya mencionada.

Pero a esta crisis se une ahora un riesgo: los contenidos generados con inteligencia artificial. Dado los grandísimos avances de la inteligencia artificial, dado lo fácil que es usarla y dado que suele generar resultados de razonable calidad, de forma muy rápida, la tentación de los contenidos generados automáticamente por la IA es muy alta. 

Desde un punto de vista de negocio, de una empresa que quiera mantener presencia en redes mediante newsletter o publicaciones en Instagram, tiene bastante lógica la automatización de los contenidos mediante inteligencia artificial.

Sin embargo, al menos esa es mi experiencia, y siempre en el momento actual, esos contenidos, siendo correctos (bueno, casi siempre), estando bien escritos y normalmente siendo perfectamente publicables, tienden a carecer de  originalidad, de 'alma', de conocimiento profundo. No lo digo por decir, lo digo por experiencia: son contenidos que están bien, son más o menos acertados, pero un poco 'del montón'. Correctos, pero poco originales.

En esa situación ¿sigue teniendo sentido producir contenidos 'manualmente' por parte de humanos que piensan, elaboran guiones y escriben?

Y, si no es así, si es mejor opción generar contenidos de forma automatizada o semi-automatizada mediante inteligencia artificial ¿Qué sentido tiene la presencia en internet, con contenidos propios, de autores humanos individuales?

He estado presente en Internet durante 20 años, generando mis propios contenidos.

¿Tiene sentido seguirlo haciendo? ¿O debo dejar paso a los contenidos generados por inteligencia artificial? ¿O debo seguir produciendo contenidos pero ya no pensados por mi, creados por mi, sino automatizados mediante inteligencia artificial?

 

Y sin embargo...


Estamos en un mundo tan cambiante, que evoluciona tan rápido, que es casi imposible saber qué nos puede deparar el futuro, incluso un futuro próximo.

Las crisis están ahí, los riesgos para Internet en su conjunto y para creadores de contenido como yo, individuales, que disfrutan de su actividad al tiempo que le ayuda a crear marca personal, pero que trabajan con 'sus fuerzas', están ahí.

No puedo hacer una apuesta de cara a los próximos veinte años (que no sé, siquiera, si los viviré), puede que ni siquiera a cinco años vista.

Pero sí tengo claro lo que quiero hace el próximo año, probablemente los próximos tres años.

Y en ese futuro más cercano tengo claro que, aunque los riesgos existen, no se va a derrumbar internet (salvo por una guerra masiva, y entonces estaríamos hablando de otra cosa), no van a desaparecer las redes sociales ni perder usuarios de forma masiva, no van a desaparecer las personas interesadas en consumir contenidos (aunque quizá los consuman de forma más superficial).

Y en ese sentido, creo que publicar contenidos de calidad (aunque quizá adaptando y evolucionando formatos) va a seguir teniendo sentido para construir una marca personal sólida, con retornos personales y profesionales.

Y, lo que es más importante, esa creación de contenidos me va a seguir aportando la oportunidad de aumentar mi propio conocimiento, entender mejor el mundo y comunicar y dar mi mensaje, realizando así una vocación, y casi una misión que me impuse hace unos pocos años.

O sea que, no se si seguiré veinte años más e Internet, pero algunos años más, si Dios me da salud, sí que espero estar.


Conclusiones


Llevo veinte años presente en Internet, creando sitios y publicando contenidos. No he logrado llegar aun público inmenso, pero sí a una razonable comunidad.

He aprendido y, al tiempo, creo que he trasmitido conocimiento.

He creado marca personal, con algún rédito profesional, pero además creo haber aportado algo a los demás, a esa comunidad que me ha seguido y me sigue.

Y, quizá lo más importante, he disfrutado lo que he hecho, y me ha ayudado a desarrollarme personal y profesionalmente, y a realizar una vocación.

Así que, no sé durante cuánto tiempo, pero sí tengo intención de seguir algunos años más en Internet. 


Anexo: mis canales



miércoles, 3 de diciembre de 2025

Tres opciones para la humanidad tras la singularidad

Ha querido la suerte, bueno no exactamente la suerte, que haya coincidido aproximadamente mi lectura del libro de Ray Kurzweil 'The singularity is nearer' con la del libro de Mark Coeckelberg 'La ética de los robots', y esa coincidencia me lleva a una fusión un poquito libre de dos planteamientos: el de la singularidad planteado por Kurzweil y el de una antropología más allá de lo humano que plantea Coeckelberg al final de su libro.

Veamos.

 

Recordando la idea de singularidad


Ya comenté dos visiones de singularidad en el reciente post 'Seis pasos hacia la singularidad'. 

La primera tiene que ver con que las máquinas, básicamente la inteligencia artificial, por un lado supere en inteligencia al ser humano y, por otro, que sea capaz de auto-mantenerse, por lo que ya no necesita al ser humano.

La otra visión, la que realmente plantea más bien una fusión del humano y la máquina. Y esta visión de Kurzweil, muy transhumanista, es la que realmente enlaza con las reflexiones de Coeckelberg.


Un futuro de convivencia con la máquina


El libro de Coekcelberg, para ser sinceros, no reflexiona exactamente sobre la singularidad. De hecho, no estoy cien por cien seguro, pero creo que no la menciona en ningún momento, y si lo hace es un poco de pasada o como contexto.

Lo que apunta Coeckelberg al final de su libro es la posibilidad de una ética y una antropología que vayan más allá de lo estrictamente humano y que incluyan a las máquinas, típicamente a los robots.

Aunque, como digo, no lo plantea exactamente en relación con la singularidad, no puedo evitar verlo como muy cercano.


Las tres opciones


En cualquier caso, lo que quería traer a colación en este post son las tres visiones que Coeckelberg plantea para esa ética y, de una forma terminológicamente paradójica, una antropología que vaya más allá del ser humano y que pueda incluir a las máquinas.

Las tres opciones que expone Coeckelberg son:


  • Visión transhumanista: Se plantea aceptar que el ser humano es una forma de máquina, aunque biológica, y en ese sentido una forma de robot. Y, diría que más importante, acepta el llamado 'mejoramiento humano', es decir, la mejora de capacidades físicas y sobre todo cognitivas obtenidas de la tecnología. En la visión más extrema, la que plantea por cierto Kurzweil, lleva a una fusión del ser humano con la tecnología hasta casi dar lugar a una nueva especie o una nueva forma de humanidad.

  • Visión poshumanista: plantea la convivencia de seres humanos, animales y robots de forma, digamos, natural, incluyendo formas de hibridación. Las máquinas se convierten en compañeras y la fronteras de lo humano se diluyen hasta cierto punto.

  • Visión ecológica: Que pone el foco en el planeta y donde los robots deberían contribuir a un futuro sostenible o no existir.


Por supuesto, en las tres visiones hay mucho más que plantear, debatir y razonar pero, al menos de momento, sólo quería enunciar las tres opciones.


Conclusiones


El avance de las máquinas, particularmente inteligencia artificial y robots, y más cuanto más nos acerquemos o eventualmente lleguemos a la singularidad (si es que eso sucede), nos hace plantearnos cuál debe ser el enfoque de relación con ellas con una perspectiva práctica, claro, pero también ética y antropológica.

En este post he identificado muy brevemente las tres opciones que propone Coeckelberg y que no puedo evitar, aunque estrictamente no esté implicado, ponerlas muy en conexión con el momento de la singularidad o posterior.

miércoles, 26 de noviembre de 2025

Una riqueza oculta: la aportación de la tecnología que no se ve en el PIB

Creo que la mayoría de las personas, y desde luego es mi caso, entienden que la tecnología, en general, tiende a aumentar la eficiencia en tareas y procesos y, en conjunto, la productividad de las personas, las empresas y la sociedad.

Debido a eso, el uso de la tecnología aumenta la disponibilidad de productos y servicios y, por tanto, la riqueza de las naciones y, en la medida que esa riqueza se distribuya adecuadamente, la riqueza de las personas.

Y sin embargo, eso que intuitivamente damos como cierto, o al menos yo lo doy como tal, no se refleja adecuadamente en algunas cifras macroeconómicas.

Lo comento,


El PIB como medida de la riqueza


Desde el punto de vista macroeconómico, la medida de las riquezas de las naciones es el Producto Interior Bruto (PIB), una medida que traduce en dinero (en euros o dólares) la generación anual de productos y servicios de una nación.

En ese sentido, el PIB no deja de ser una medida de la riqueza de las naciones (o quizá, algo mejor dicho, de la producción anual de riqueza). Y el PIB per cápita nos diría cómo, en media se reparte esa riqueza entre los ciudadanos de esa nación.


El concepto de productividad


Si ahora, más que a la producción global de riqueza (que nos mide el PIB) queremos conocer la productividad de una nación, se suele recurrir a la denominada Productividad laboral que se obtiene dividiendo el PIB entre el número total de horas trabajadas.


La tecnología y lo que cabe esperar


Si creemos, y yo lo creo, que la tecnología aumenta la riqueza y la productividad, a medida que introducimos más y más tecnología, debe aumentar la riqueza de las naciones y la productividad. Es decir, si el resto de los factores se mantienen iguales, debería aumentar tanto el PIB como la productividad laboral.


El PIB y la innovación tecnológica


De hecho, ya hace bastantes años, un estudio realizado por el premio Nóbel de economía en 1987, Robert Sollow, tras estudiar la evolución del PIB de los Estados Unidos concluyó que, para explicar el crecimiento de es PIB no le bastaba con los elementos tradicionales, capital y mano de obra sino que había una parte de ese crecimiento que procedía de la innovación tecnológica.


La paradoja: una riqueza no reflejada


Y, sin embargo, leyendo el libro 'The singularity is nearer' de Ray Kurzweil, que pese al carácter futurista y quizá descabellado que se le pueda atribuir, realiza mucho análisis basado en datos macroeconómicos, me encuentro con que, en apariencia, en los últimos años, pese al aparente avance de la tecnología y la automatización, ese uso tecnológico no se está reflejando en mayores PIB o en mayores productividades.

¿Cómo es posible?

Por supuesto, podemos pensar que la tecnología, por sí misma, sí que aumenta el PIB y la productividad pero que existen otros factores que operan en contra y que están pesando mucho en la evolución de esas magnitudes macroeconómicas.

O podríamos pensar que, pese a que hay mucha tecnología disponible, quizá el nivel de adopción no es tan alto como pensamos o la eficacia con que se adopta no es buena.


La explicación de Ray Kurzweil


Si embargo, y sin descartar ese tipo de explicaciones, me interesan mucho un par de argumentos que aporta Kurzweil en su libro pensando específicamente en tecnologías digitales.

Por un lado hace notar que en el mundo digital existe una enorme cantidad de soluciones, servicios, etc que son gratuitos. Es decir, el producto / servicio existe, y por tanto es una riqueza que se genera, pero al ser gratuito no se refleja en el PIB y, por tanto, tampoco en la productividad.

Y por otro lado, y en una línea parecida aunque ligeramente diferente, dice que el aumento de prestaciones y capacidad de las soluciones tecnológicas aumenta claramente pero, sin embargo, ese crecimiento en capacidad, prestaciones y resultados, no se refleja en el precio, que se mantiene igual o parecido, cuando no más bajo. Es decir, las prestaciones objetivas, lo que obtienen personas y empresas, es mayor, y por tanto la riqueza es mayor, pero sin embargo su medida económica es similar o menor. Es decir, de nuevo, ese incremento de riqueza no se refleja en el PIB (que es donde debiera reflejarse) y, por tanto, tampoco en la productividad, tal y como la medimos.


Conclusiones


No sé si la conclusión de todo esto es que debiéramos empezar a adoptar una medida de la producción de la riqueza diferente al PIB (cosa muy difícil, claro) o si basta con que, al menos, seamos conscientes de este fenómeno, que esa consciencia nos lleve a nivel político o empresarial a tomar decisiones adecuadas y, desde el punto de vista personal, a mantener la confianza en la tecnología y su capacidad para generar riqueza y aumentar la productividad.


miércoles, 19 de noviembre de 2025

Seis pasos hacia la singularidad

Uno de los temas que más aterrorizan, o que más inspiran y motivan, según el caso, las reflexiones sobre el impacto ético y social de la tecnología en general, y de la inteligencia artificial en particular, es el de la así llamada singularidad a la que, para hablar con más propiedad, deberíamos dar apellido para hablar con más propiedad de singularidad tecnológica

Un horizonte, para algunos autores no tan lejano, y para otros imposible, y que nos refiere a una inteligencia artificial general (AGI, 'Artificial General Intelligence'), superior a la humana (superinteligencia) y con capacidad para asumir el control.

¿Es eso posible? ¿Está cerca? ¿Está lejos? Y, en lo que se refiere a este post ¿Cómo se llega hasta esa situación (si es que se llega)?

En este post, voy a revisar sobre todo la última pregunta, con base en el libro 'The singularity is nearer' de uno de los más conocidos divulgadores y apóstoles de esa singularidad: Ray Kurzweil.


Alguna idea previa sobre la singularidad


La verdad es que, hasta ahora, no recuerdo haber leído una definición estricta de lo que es la singularidad (aunque seguramente haya multitud de definiciones) pero para mí, la idea de la singularidad con la que me he quedado, incluye estos tres puntos:


  • Existencia de una inteligencia artificial general, es decir, no orientada a temáticas concretas sino de propósito general, capaz de tratar todo tipo de temas y situaciones.
  • Esa inteligencia artificial es superior a la humana.
  • Se trata de una inteligencia artificial autónoma. en el sentido de que es capaz de cuidar de sí misma y evolucionarse, sin necesidad de los humanos.


Si los dos primeros puntos impresionan, e incluso asustan, el que es realmente peligroso es el tercero e inspira propuestas como la del alineamiento o la necesidad del control.


La explicación de Kurzweil


Leyendo, como digo, a Kurweil, esperaba, al principio del libro, su definición de singularidad, a ver si coincide con lo que hasta ahora he entendido y que he reflejado en los tres puntos anteriores.

Sin embargo, aunque lo explica, no aporta una definición como tal, sino eso: una explicación.

Primero, nos habla de unas áreas de cambio clave y que se están acelerando: una capacidad de computación cada vez más barata, un mejor entendimiento de la biología humana y la capacidad de realizar ingeniería a escalas muy reducidas.


There are several key areas of change that are continuing to accelerate simultaneously: computing power is becoming cheaper, human biology is becoming better understood, and engineering is becoming possible at far smaller scales.


Luego salta a la inteligencia artificial, su mejora, su mayor capacidad y su cada vez más cercana integración con la inteligencia biológica humana.


As artificial intelligence grows in ability and information becomes more accessible, we are integrating these capabilities ever more closely with our natural biological intelligence.


Y, finalmente, la posibilidad de, usando nanotecnología, expandir nuestros cerebros mediante la integración con la inteligencia artificial, expandiendo la inteligencia y consciencia humana.


Eventually nanotechnology will enable these trends to culminate in directly expanding our brains with layers of virtual neurons in the cloud. In this way we will merge with AI and augment ourselves with millions of times the computational power that our biology gave us. This will expand our intelligence and consciousness so profoundly that it’s difficult to comprehend.


Y el punto en que se alcanza esa integración, es la singularidad para Kurzweil.


This event is what I mean by the Singularity.



Una visión transhumanista


Así, expresado, realmente la singularidad parece algo diferente, bastante diferente, en realidad, a la concepción que yo tenía antes de la lectura de este libro (y, que, en el fondo, creo que es el entendimiento generalizado) acerca de la singularidad.

Si en el entendimiento que como digo creo generalizado y que he resumido más arriba, se ve a la singularidad muy centrada en la inteligencia artificial, y entendiendo a la inteligencia artificial como 'un otro' que nos puede superar y quien sabe si exterminar, en la propuesta de Kurzweil me encuentro una visión que calificaría de transhumanista y que, por supuesto, incluye un desarrollo enorme de la inteligencia artificial, pero que busca sobre todo la fusión de la inteligencia humana con esa artificial potenciando las capacidades humanas.

Y lo que determina la singularidad no es que nos supere una inteligencia artificial, sino, como digo, que nos fusionemos de alguna manera con ella.  


Expectativas y el crecimiento exponencial


En lo que he leído o escuchado hasta ahora relativo a la singularidad, sea en el sentido transhumanista que acabo de exponer, o sea en el entendimiento más como algo externo que se desarrolla por encima del ser humano, no me he encontrado, probablemente sea imposible encontrarlo, ningún tipo de demostración de su posibilidad, ni tampoco una ruta, un 'roadmap' de cómo llegar hasta allí.

Más bien se trata de unas expectativas, más o menos fundamentadas o razonadas.

Unas expectativas que, por un lado, miran al patrón del desarrollo de la tecnología en el pasado, y especulan con un desarrollo futuro que se apoya en esos patrones y en una concepción de crecimiento exponencial

Recuerdo, que, a despecho del frecuente mal uso que se hace del término exponencial, un crecimiento exponencial no es exactamente un gran crecimiento, sino un patrón (formulable matemáticamente) que inicialmente supone un crecimiento muy lento, casi imperceptible, pero que luego se va acelerando y acelerando y acaba siendo realmente explosivo.

Pues bien, gran parte de las expectativas relativas a la singularidad, especialmente a la fijación de su fecha que, por ejemplo, Kurzweil sitúa en 2045, se basan en un crecimiento exponencial de las capacidades tecnológicas, desde la situación actual, hasta proyectarse a ese futuro extraordinario pero no tan lejano. 

Un caso muy conocido, y muy referenciado también por los apóstoles de la singularidad, es la famosa Ley de Moore, relativa a la integración de transistores en un microprocesador y, como derivada, crecimiento de capacidad de computación.

Con base en esa expectativa de mejora exponencial de las capacidades tecnológicas, se espera, no sólo que la singularidad sea posible, sino incluso, relativamente cercana.


Los seis pasos


Como decía más arriba, hasta ahora no soy consciente, aunque seguro que hay propuestas, de haber visto realmente una ruta, un 'roadmap' con sus pasos y sus hitos, que nos conduzca desde nuestra situación actual hasta la singularidad.

Sin embargo, en el libro 'The singularity is nearer' me encuentro, y ya en el primer capítulo, quizá no un roadmap como tal, pero sí al menos seis grandes pasos, épocas o fases como las llama Kurzweil, que nos deben llevar hacia la singularidad. Son las siguientes:


  • 1. Nacimiento de las leyes de la física y la química: Algo que se sitúa miles de millones de años atrás, poco después del 'big bang'.

  • 2. Organismos con ADN: Todavía varios miles de millones atrás, las moléculas se unieron en organismos suficientemente complejos como para estar dotados de ADN, constituyéndose en criaturas capaces de expandirse y evolucionar.

  • 3. Formación de cerebros: hace unos millones de años, aparecieron animales con cerebros, siendo esos cerebros capaces de procesar por sí mismos información.

  • 4. Aparición de los seres humanos: Más allá del interés evidente que para nosotros tiene este hecho, lo relevante es la unión de unos seres con capacidades cognitivas superiores con la existencia de pulgares en sus manos, lo que permite transformar los pensamiento en acciones complejas.

  • 5. Unión de las capacidades biológicas con las tecnológicas: A través fundamentalmente de la neurotecnología o BCI ('Brain Computer Interface') se posibilita la interacción de nuestro cerebro y sistema nervioso con equipos digitales, es decir, la mezcla de las capacidades cognitivas biológicas de los humanos con la tecnología digital.

  • Computronium: Con ese curioso nombre, designa el autor la expansión de nuestra inteligencia por todo el universo, transformando la materia ordinaria en ese 'computronium' que es una materia organizada según la densidad de la computación (reconozco que lo que quiere decir exactamente esta frase sobre la densidad, no lo tengo del todo claro). Este el el punto clave, el hito de la singularidad.

Kurzweil entiende que estamos en la cuarta época o fase aunque, apunto yo, bien es verdad que todavía de forma bastante primitiva, ya se han dado los primeros pasos en neurotecnología, así que quizá podría decirse que estamos iniciando tímidamente la quinta. Para Kurzweil, esa quinta fase se completaría tan cerca como 2029 (dentro de cuatro años cuando escribo esto).

Y la sexta y última, la singularidad, como ya hemos dicho, Kurzweil la sitúa en 2045, dentro de veinte años


Conclusiones


Realmente, la hipótesis de la singularidad (parece que incluso su naturaleza exacta) es eso, una hipótesis, un planteamiento, en que hay autores que creen firmemente, como Kurzweil, mientras que otros sin escépticos o, directamente, niegan su posibilidad.

Aunque no existe, a menos que yo sepa, ningún verdadero 'roadmap' que nos conduzca a esa singularidad, al menos Kurzweil se propone seis grandes épocas, seis grandes fases, y se atreve a dar fechas para todas ellas.

El tiempo le dará o quitará la razón y, dado lo agresivo de esas fechas que propone, eso no tardará en suceder.

Primer hito: 2029.

El hito clave: 2045.