Y esas expectativas son a veces de tipo económico, de volúmenes de negocio acertados o no, el tiempo dirá. Pero con más frecuencia y menos acierto la, digamos, literatura técnica (aunque muchas veces no sea ni literatura ni técnica) o también algunas manifestaciones de una ética y responsabilidad mal entendidas, nos hacen imaginar y proclamar, e incluso temer, riesgos existenciales, máquinas con libre albedrío sobre las que perdemos el control, singularidades inminentes y, quizá, quizá, un ejército de modernos terminators a la vuelta de la esquina.
La inteligencia artificial como ingeniería
No está de mas recordar que la inteligencia artificial es tecnología, nada menos que tecnología, pero también nada más que tecnología, tecnología fundamentalmente software, aunque un hardware avanzado ayude mucho, como bien sabe Nvidia. Y una tecnología en que tiene muchísimo peso una ciencia básica como son las matemáticas.
Y, en ingeniería, se enfoca un problema, se analizan las opciones que nos ofrecen la ciencia y técnica y se busca una solución, una solución que funcione y que, en la medida de lo posible, sea eficiente y barata.
Diseño: el conocimiento y la intención
Ante se acometer la construcción de la solución se procede a su diseño, es decir a definir la forma en que se va a construir. Se diseñan procesos productivos, se diseñan máquinas, se diseñan algoritmos.
Si, los algoritmos se diseñan. Algunos algoritmos muy simples (no los de inteligencia artificial) se diseñan casi sobre la marcha, en una 'rápida pensada', pero los algoritmos avanzados como los de la inteligencia artificial, después de una gran, gran pensada, e incluso después de ensayar posibilidades y ver qué tal funcionan en realidad.
El diseño implica conocimiento e intención. Conocimiento de la ciencia y técnicas necesarias. Intención como objetivo, como búsqueda de un resultado. No se puede diseñar si no se sabe lo que se hace, sin los conocimientos necesarios del problema y las opciones científico-técnicas disponibles, y no se diseña al tuntún, sino con foco y objetivos.
Inteligencia artificial y diseño
Y, claro, los algoritmos de la inteligencia artificial están diseñados. Se basan en conocimiento, conocimiento sobre de matemáticas, estadística y computación. Y tienen intención, mucha intención.
Incluso, quizá sobre todo, los algoritmos de la inteligencia artificial generativa, aquellos que nos maravillan con sus resultados, su generalidad, su 'aparente humanidad'. están diseñados, fuertemente diseñados. No hay casualidad. Hay mucha intención y un tanto también de experimentación.
Aunque duro, por complejo y farragoso, es muy instructivo revisar el algoritmo, por ejemplo, de los transformers, la arquitectura inicialmente concebida en Google y que ha revolucionado los modelos de lenguaje y con ellos toda la inteligencia artificial.
No se trata, como quizá alguno se imagine, de un 'montón' de neuronas artificiales, todas interconectadas a las que se les muestran ejemplos y esperamos, sin más, que de una manera casi mágica, aprendan en un extraño y fantástico proceso de emergencia. Si eso fuese así, si realmente eso pudiese funcionar, a lo mejor sí que podrían aparecer fenómenos no previstos, quizá una sintiencia, quizá una consciencia, quizá un libre albedrío.
Pero no, no es así. Cada una de las capas de un transformer tiene un misión y una motivación. No son capas al azar a ver qué pasa. Son capas que han sido pensadas por un científico o un ingeniero, usando conocimiento e intención. Son capas que, en fin, han sido diseñadas.
Implicaciones de una inteligencia diseñada
Decir que una inteligencia ha sido diseñada es decir que ha sido concebida e implementada por seres humanos.
Decir que ha sido diseñada quiere decir que se basa en conocimiento e intención.
Decir que ha sido diseñada es decir que no hay magia, salvo que consideremos magia, y eso sí que no sería muy desacertado, el ingenio humano y su capacidad para concebir nuevas ideas, en este caso nuevos algoritmos.
Decir que ha sido diseñada quiere decir que se basa en conocimiento y que, por tanto es fuertemente improbable, que pueda hacer algo que supere el conocimiento y entendimiento humanos. Y así, si no sabemos, que no lo sabemos, cómo funciona el cerebro humano, difícilmente lo vamos a emular en su totalidad. Si no sabemos, y no lo sabemos, en qué consiste la consciencia, mal la vamos a diseñar. Si no sabemos, y no lo sabemos, cómo opera el libre albedrío, difícilmente lo vamos a convertir en algoritmo.
Decir que ha sido diseñada quiere decir que tiene intención, que el resultado no tiene voluntad propia, que no es algo casual o fuera de control, que ha sido buscado conscientemente.
Retos para el futuro de una inteligencia diseñada
Si la inteligencia artificial es una inteligencia diseñada, si se basa en el conocimiento y la intención, nos reta de dos formas pensando en el futuro.
Reta nuestro conocimiento, qué más seremos capaces de descubrir, que nuevas posibilidades científicas o técnicas crearemos, qué nueva capacidades adquiriremos, qué nuevos conocimientos atesoraremos.
Y reta nuestra intención, qué objetivos querremos alcanzar con la inteligencia artificial, para qué la querremos utilizar y si seremos capaces de ser responsables y éticos en esas aspiraciones.
Conclusiones
La inteligencia artificial es una forma de ingeniería, y por tanto, una disciplina donde el diseño juega un papel fundamental. Y el diseño necesita de conocimientos e implica intención.
Ser conscientes de que se trata de una ingeniería y de un diseño, nos debería hacer abandonar fantasías e imaginaciones.
Ser conscientes de que se trata de una ingeniería y un diseño implica un canto a la inteligencia humana y su capacidad de imaginar, concebir e implementar.
Ser conscientes de que se trata de una ingeniería y un diseño, implica que precisa conocimientos, y nos reta a seguir avanzando, a seguir creciendo, a seguir aprendiendo.
Ser conscientes de que se trata de una ingeniería y un diseño, implica que sigue una intención, y por tanto nos reta a la ética y a la responsabilidad y a buscar en la inteligencia artificial todo aquello, y es muchísimo, y sólo aquello, en que puede ayudar a la humanidad.