martes, 17 de mayo de 2022

Wallets blockchain, robots y el riesgo de las metáforas

A la hora de explicar la tecnología, e incluso, a la hora de nombrar tecnologías, es relativamente frecuente el uso de metáforas.

Eso es bueno y malo a un tiempo, como vamos a ver ejemplificado en el empleo de la palabra 'wallet' (cartera o billetera) en el ámbito de blockchain y especialmente, refiriéndonos a criptomonedas como el bitcoin.


El papel de las metáforas


Dejando aparte alguna connotación mas de tipo literario, y que tienen que ver con la sugerencia o la belleza, el uso de la metáfora en un ámbito como el de la tecnología, pudiera tener, lo tiene en algún caso, un carácter casi pedagógico. Es decir, usar una palabra que conocemos de nuestra vida cotidiana nos puede servir para entender, o al menos aproximarnos a entender, un concepto tecnológico quizá más desconocido, quizá más complejo. El uso del término 'wallet' en el ámbito del blockchain, del que nos ocuparemos luego, puede ser uno de estos casos.

A veces, quizá demasiadas veces, el uso de la metáfora también tiene un cierto efecto 'marketing', publicitario, el hacer no sólo más próximo, sino también más atractivo un cierto producto o tecnología. El uso del término 'robótico' en el término 'automatización robótica de procesos', aun pudiendo ser considerado correcto, creo que también tiene un cierto efecto 'marketing', dar un baño de modernidad, casi futurismo, a una tecnología cuyas bases ya llevaban más de veinte años entre nosotros.

El uso pedagógico parece no sólo aceptable, sino muy positivo. El uso publicitario, también aceptable siempre que se haga con cierto rigor, es más fácil que nos lleve a errores y concepciones equivocadas, a veces incluso intencionadas.


Wallets, tokens y blockchain


En el mundo de blockchain, un wallet (cartera o billetera) es un software que utiliza un usuario para interactuar con la plataforma blockchain, por ejemplo, para operar con criptomonedas como el bitcoin. Lo que ve el usuario es una aplicación que le permite realizar transacciones, ver su estado 'financiero' (podríamos decir, 'criptofinanciero') y, en fin, operar de manera normal con sus criptomonedas.

Lo que ve la plataforma blockchain realmente son las claves pública y privada del usuario identificado por una dirección blockchain. 

Pero no. En esa billetera, en esa cartera, no hay bitcoins. Los bitcoins no residen en los wallets. Los bitcoins residen realmente en la propia plataforma blockchain, no en la aplicación del usuario ni en su dispositivo.

Así nos lo advierte Shermin Voshmgir en su libro 'Token Economy: How the Web3 reinvents the Internet' cuando dice: 


Contrary to popular belief, a blockchain wallet does not store any tokens. It only stores the public-private key pairs associated with your blockchain address.


El uso del término cartera o billetera sugiere un contenedor de dinero, monedas y billetes. Y es normal, pues, que cualquier usuario no especializado, pueda pensar que sus bitcoins residen en su móvil o su PC donde tiene instalada su cartera (wallet). La metáfora es lo que nos sugiere, al fin y al cabo. Pero, en esta ocasión, la metáfora, como ocurre con cierta frecuencia, nos confunde. Bien es verdad que, en este caso, creo que es una confusión menor, que en general no lleva a un malentendido profundo, a un mal uso o a unas consecuencias negativas.


El riesgo de las metáforas


El caso que he ilustrado de las wallets blockchain creo que es relativamente inocuo. Pero no siempre las metáforas llevan a errores menores.

En el ámbito de la inteligencia artificial y la robótica, campos muy de mi interés, creo que a veces esas metáforas, o el mal entendimiento de las mismas, pueden llevar y llevan a errores, a una percepción generalizada equívoca e, incluso, a riesgo de decisiones erróneas.  

Ya he tratado repetidamente, por ejemplo, las implicaciones de la antropomorfización. Ya he comentado cómo, en mi opinión, el planteamiento de una eventual fiscalidad a los robots nace, entre otras cosas, de un mal entendimiento del problema de la automatización en parte derivada de una visión humanizada de los robots y también he comentado la falacia del androide que puede llevar a tomar decisiones equivocadas en materia legal en torno a estos mismos robots.


Conclusión: el único camino posible


Ante ese riesgo de las metáforas, me gustaría pedir a fabricantes de tecnología, a consultoras, a speakers y a medios de comunicación, que fuesen cuidadosos y rigurosos en su uso. Me gustaría pedirlo y lo pido, pero sabiendo que tal petición va a caer inexorablemente en saco roto.

El único camino, creo, el único verdadero camino es, como tantas veces he dicho, el conocimiento

Si de verdad quieres entender, aplicar, opinar o legislar sobre una tecnología, preocúpate de conocerla. No te dejes llevar por frases hechas, por discursos enlatados, por mitos y leyendas. Estúdiala, conócela y, si puedes, pruébala tu mismo.

Así serás consciente de lo que en realidad hay y, ante una metáfora, dónde acaba la pedagogía y el verdadero paralelismo y dónde empieza el marketing, la fantasía o el equívoco.


lunes, 2 de mayo de 2022

La computación cuántica y el auge de las matemáticas

Vivimos un buen momento para las matemáticas.

Una disciplina que, pese a su indudable importancia, quizá no gozase ni de la atención ni del aprecio que merece en el pasado.

En mi época universitaria (vale, ya ha llovido desde entonces) elegir la carrera entonces denominada 'ciencias exactas' era una especie de acto de lateralidad. Era apartarse del flujo principal de los estudios universitarios para seleccionar una carrera poco demandada y que, en apariencia, condenaba las salidas profesionales únicamente a la docencia.


Álgebra lineal, machine learning y robótica.


Las cosas parecen haber cambiado, sin embargo. O deberían haber cambiado.

Parecen haber cambiado porque las matemáticas forman parte fundamental de algunas de las tecnologías más disruptivas y más de moda.

Ya hace algo más de un año, rendí en este blog un homenaje al álgebra lineal, una parte de las matemáticas de la que, en aquel artículo, destacaba su gran presencia e importancia en disciplinas como el machine learning, la realidad virtual/aumentada o la robótica.

No pueden entenderse estas disciplinas en profundidad sin acudir a matrices y tensores, a transformaciones lineales y espacios euclídeos. Se trata de disciplinas donde un ingrediente fundamental es el software y un software que, en buena medida, ejecuta algoritmos matemáticos y algebraicos.


 Computación cuántica y matemáticas


Pero si ya era poco con la inteligencia artificial y la robótica, resulta que lo que puede ser una de las tecnologías más disruptivas de futuro, la computación cuántica ('quantum computing'), se encuentra también dominada, y de qué manera, por las matemáticas.

Haces unos meses finalicé la lectura del libro 'Quantum Computing: An Applied Approach' de Jack D. Hidary, obra que reseñaré en algún momento, y ya me sorprendió un poco en ese momento hasta qué punto el libro parecía ser, en muchos momentos, más un tratado de matemáticas que de física o incluso computación propiamente dicha.

Me encuentro ahora leyendo el libro 'Dancing with Qubits' de Robert S. Sutor y me encuentro con una situación similar, quizá aún más explícita, en cuanto a la importancia de las matemáticas. En efecto, de los doce capítulos que componen esta obra, cinco, cerca de la mitad, son, sin el menor disimulo, un amplio repaso de matemáticas.  

Un repaso por los tipos de números (naturales, enteros, racionales, irracionales, reales y complejos) y por estructuras algebraicas (grupo, anillo, campo o espacio vectorial). Un recorrido por funciones y trigonometría. Un paseo por matrices y determinantes, por espacios vectoriales y transformaciones lineales. Y un remate con elementos de probabilidad. Todo un recorrido, casi nostálgico, por partes fundamentales de las matemáticas estudiadas durante mi bachillerato o primeros cursos de carrera.

Unas partes de las matemáticas que, muy lejos de ser una mera nostalgia, una suerte de 'vintage' científico, son parte fundamental de algo tan moderno y transformador como la computación cuántica.


Matemáticas como entendimiento y acción


Una demostración de que las matemáticas no son esa ciencia tan abstracta y marginal que en ocasiones ha parecido ser.

Una demostración no solo de rigor sino también de elegancia, de belleza y, quizá más importante, de que las matemáticas no buscan las definiciones y los teoremas por sí mismos como una suerte de divertimento intelectual, sino que buscan captar y entender nuestro mundo, un mundo real, rabiosamente real, y unas aplicaciones prácticas, unas tecnologías, que pueden cambiar, que cambian de hecho, el mundo en que vivimos.


A modo de cierre: las matemáticas y los jóvenes


No se si los docentes que trabajan con niños y con jóvenes son capaces de transmitir a sus estudiantes la belleza que anida en las matemáticas No sé si son capaces de hacerles ver que cosas en apariencia tan abstractas como las estructuras algebraicas tienen utilidad real. No sé si son capaces de poner esas teorías en conexión con el mundo real y con su traducción tecnológica, de forma que los estudiantes comprendan la importancia y utilidad de esta disciplina.

Y sería bueno que lo consiguieran. 

Por el interés y desarrollo de los propios estudiantes. 

Pero también como apoyo al desarrollo económico y tecnológico de nuestra sociedad. Porque si disciplinas como la inteligencia artificial y la computación cuántica encuentran sus fundamentos y su motor en las matemáticas, necesitamos muchas, muchas vocaciones en matemáticas. Necesitamos que nuestros jóvenes aprecien su belleza, su importancia y su aplicabilidad, y lo contemplen como una opción profesional interesante.

Necesitamos hacer llegar a los jóvenes el interés por las matemáticas.

Pero no estoy seguro de que lo estemos consiguiendo.