Y lo cierto es que no existen respuestas. Disponemos de algunos conocimientos sólidos, pero aún escasos, procedentes del campo de la neurociencia acerca del funcionamiento fisiológico del cerebro y una descripción geográfica de sus áreas de competencia. Y disponemos también de teorías procedentes del campo de la psicología y la filosofía. Pero conocimiento, lo que se dice conocimiento, auténticas certezas, pocas, muy pocas, casi ninguna.
Entre esas hipótesis surge alguna procedente del campo de la neuro-robótica que mencionaba en el post anterior, una disciplina que busca, entre otras cosas, partiendo de experimentos llevados a cabo en robots, llegar a desentrañar algunos de los secretos de la mente humana.
Muy en concreto, el libro 'Exploring Robotic Minds: Actions, Symbols, and Consciousness as Self-Organizing Dynamic Phenomena' de Jun Tani se dedica a proponer, explicar e intentar corroborar una hipótesis sobre el origen de la mente. Dicha hipótesis la expone el autor, nada más empezar el libro, de la siguiente manera:
The essential proposal [] is that the mind is comprised of emergent phenomena, which appear via intricate and often conflictive interactions between the top-down subjective view for proactively acting on the external world and the bottom-up recognition of the resultant perceptual reality.
Es decir, para Tani existen dos procesos relevantes, uno que opera de arriba a abajo y otro de abajo arriba (donde arriba está, digamos, la mente y abajo el mundo físico):
- Intencionalidad (top-down): proceso mediante el cual nuestras imágenes, pensamientos y perspectivas, adquiridos a través de la consolidación de experiencias pasadas, se proyectan al mundo objetivo, guiando y acompañando nuestras acciones.
- Reconocimiento (bottom-up): un reconocimiento de la realidad percibida y que hace que se modifiquen las intenciones para eliminar o disminuir el error o diferencia entre nuestras expectativas y los resultados que obtenemos.
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