Y corren también otros ríos de tinta, tan caudalosos como los anteriores, que defienden la superioridad de la mente humana y a veces se atreven a asegurar que las máquinas jamás nos podrán superar.
En muchos casos el debate cae en la imprudencia y utiliza, por un lado y por otro, posiciones gratuitas e injustificadas, más cercanas a la opinión, la especulación o el apriorismo que al argumento lógico, al dato o al anclaje en la realidad.
No me voy a pronunciar en exceso sobre la adecuación de sus argumentos, pero sí voy a recoger la opinión de Gary Marcus y Ernest Davies, quienes en su libro 'Rebooting AI. Building Artificial Intelligence We Can Trust' nos señalan cinco aspectos en los que, a su juicio, el cerebro humano supera todavía a los ordenadores. Son estos:
- Entender el lenguaje
- Entender el mundo
- Adaptarnos flexiblemente a las circunstancias
- Aprender cosas rápidamente sin necesidad de grandes cantidades de datos
- Razonar a pesar de disponer de una información incompleta e incluso inconsistente
Y sin embargo, no les falta razón.
Es cierto que los sistemas de entendimiento de lenguaje natural, aún no alcanzan un verdadero entendimiento, sino sólo un entendimiento muy parcial que les permite extraer informaciones útiles, estructurar el discurso o reconocer intenciones dentro de un catálogo acotado. Pero no alcanzan un conocimiento profundo ni pones ese conocimiento en relación con un contexto amplio o con el llamado 'sentido común'.
Y es cierto que los vehículos autónomos perciben e interpretan su entorno pero siempre dentro de unos parámetros mas o menos conocidos y unos entornos más o menos previsibles.
Es cierto, pues, que los seres humanos superamos aún a las máquinas en esos aspectos, aunque quizá los mencionados se traten de algunos de los baluartes que a lo mejor no podamos defender a largo plazo.
Parece muy claro que las máquinas nos superan en algunas cosas (en parte por eso las queremos) y en otras no. Y parece que aún vamos ganando ¿Seguirá siendo el saldo neto resultante favorable a los humanos como sin duda lo es ahora o se desequilibrará a favor de las máquinas en el futuro?
A largo plazo sólo podemos hacer apuestas pero argumentar poco.
A corto, y a pesar de los enormes avances de la inteligencia artificial, la verdad es que 'no hay color'. Seguimos ganando por goleada.