domingo, 22 de febrero de 2009

Delegar en la tecnología y en las personas

Ayer me ocurrió una sencilla anécdota que me ha hecho pensar hasta qué punto dependemos cada vez más de la tecnología y en cómo hemos de gestionar, cual si de un colaborador se tratase, los trabajos que en ella delegamos.

Tenía necesidad de acudir a un lugar en una población vecina, lugar al que no tenía ni idea de cómo llegar. Pero para resolver la situación no tuve más que tirar de mi flamante navegador GPS. Confiando ciegamente en su precisión, seguí las indicaciones, porque, realmente, es prodigiosa la capacidad de estos de equipos para guiarnos a lugares ignorados por nosotros. Sin embargo, ayer algo sucedió, algo no funcionó del todo bien. En un punto en que una señal en la carretera indicaba con toda claridad que debía desviarme, la vocecita sintética del navegador me conminaba a seguir recto. Hice caso al navegador ignorando mi propio instinto...y me equivoqué. Por supuesto, luego el propio navegador encontró la alternativa para arreglar el desaguisado y la cosa no fue más que una anécdota. Pero más tarde, ya en casa, me puse a pensar en algunas enseñanzas que de aquí se pueden obtener y en los curiosos paralelismos que existen entre el uso de la tecnología y la delegación de tareas en personas.

Me di cuenta de que, al confiar en que el navegador GPS me guiase, estaba haciendo realmente la delegación de una tarea que antes realizaba yo mismo. Me dí cuenta que, al igual que cuando delegamos en colaboradores, esa delegación potencia nuestras capacidades globales, nuestra posibilidad de hacer más cosas, de abarcar más. Y, al igual que sucede cuando se delega en un subordinado, en muchas ocasiones el subordinado es realmente más experto en la tarea que el jefe. Ni que decir tiene que mi navegador se orienta infinitamente mejor que yo. En ese sentido, la tecnología actúa como un estupendo subordinado, como un colaborador eficaz que nos ayuda y potencia nuestra propia actuación.

Sin embargo, el despiste de mi navegador y el error en que caí por seguir ciegamente sus indicaciones, también me recuerda una de las leyes sagradas de la delegación y es que no se puede hacer dejación de funciones. Uno sigue siendo reponsable de la tarea que delega y a uno corresponde el supervisarla y tomar acciones correctoras si la tarea delegada no se ejecuta correctamente.

No es, pues, tan diferente, delegar en la tecnología de lo que es delegar en personas.

Eso sí, no sé cómo darle feedback negativo a mi navegador GPS por el error cometido ayer o cómo motivarle a mejorar. Supongo que lo conectaré a mi ordenador para que se descargue unos datos más actualizados...

sábado, 21 de febrero de 2009

La cenicienta de la gestión empresarial

Por motivos de interés para mi práctica diaria, hace poco he estado buscando en diversas librerías, más o menos especializadas, bibliografía sobre las operaciones de TI, sobre operaciones en general y sobre logística y supply chain management. Y ha sido un poco triste comprobar la escasez de documentación al respecto. Los estantes dedicados a tecnología están repletos de libros sobre todo tipo de lenguajes y programas, sobre internet, sobre redes...pero prácticamente nada sobre cómo operar en la práctica una infraestructura TI en una empresa real.

Si me giro hacia la zona de gestión empresarial, me encuentro abundancia de libros sobre marketing y sobre estrategia, algo de finanzas y mucho de liderazgo y habilidades directivas...pero poco, muy poco, sobre operaciones o sobre logística. Y sin embargo, las operaciones son fundamentales. Es donde se crea gran parte del valor y es donde se generan buena parte de los costes y, por tanto, lo que condiciona la política de precios. Es el mundo real, lo tangible, lejos de los cantos de sirena de la, por otra parte necesaria, publicidad, o de las siempre cuestionables, por ambiguas, grandes estrategias.

Parece, sin embargo, que nos queremos olvidar de las operaciones y la logística. Parecen tareas para equipos humanos poco cualificados, poco brillantes, tareas externalizables...la cenicienta de la gestión.

¿Es esta actitud correcta? ¿No pecará el mundo occidental de soberbia al despreciar la mayor fuente de productos y habilidades y relegarlas a planos aparentemnente inferiores? ¿O es que en el mundo globalizado, a Occidente le queda la estrategia y el marketing y al Tercer Mundo las operaciones? ¿ Estamos creando la cadena global de suministro del futuro o sembrando la semilla del desastre ?

¿Y no es este aparente desprecio hacia aquellas áreas de la empresa donde se trabaja duro, con las manos y creando nuevos productos, un metáfora de una actitud acomodaticia que disfruta de lo cómodo e intangible y desprecia el esfuerzo físico o peor, todo esfuerzo, dejándolo para otros ?

¿No seremos Occidente la madrastra del Tercer Mundo y nosotros las hermanas malas que dejan el trabajo a Cenicienta ?

¿ No será que ...? ¡ Uf ! Perdonad. Os tengo que dejar, que están sonando las doce campanadas...

martes, 17 de febrero de 2009

Lo que nos queda por ver...

Hace unos días, comentaba yo con un compañero de trabajo, los duros tiempos que se nos avecinan y qué no veremos en los próximos meses. La verdad es que al decir esto estaba pensando, sobre todo, en expedientes de regulación de empleo, despidos, reorganizaciones y, también, en quiebras de empresas, suspensiones de pagos, cierres, hundimientos de negocios.

Y es que, en tiempos duros, en situaciones de crisis, se producen comportamientos en personas y empresas que jamás esperaríamos ver en épocas más, digamos, normales.

Y en esa línea de comportamientos inesperados, aunque quizá, en este caso, con un tinte menos catastrofista, me he encontrado hoy con la noticia en los periódicos económicos, de que BMW y Mercedes, los grandes competidores, al menos antaño, en el sector de automóviles de gama alta, están ultimando un acuerdo que les permitiría colaborar o compartir funciones como, por ejemplo, la compra de componentes que no afecten a su imagen de marca. Y parece que el pacto se puede extender aún más allá.

La crisis saca a relucir a veces lo peor de personas y empresas...pero también agudiza la imaginación y la búsqueda de soluciones impensables en otros momentos. Y estamos sólo al principio de la crisis.

No, si ya lo decía yo: lo que nos queda por ver...

Una batalla en la palma de tu mano

Hace unos meses pensé en escribir y publicar un breve artículo en que pronosticaría el advenimiento de lo que pensaba denominar 'el terminal universal', algo híbrido entre un móvil, una PDA avanzada, y quizá, un lector de libros, al estilo de Kindle. Pero tardé tanto en escribirlo, y los hechos tecnológicos se desarrollan con tal rapidez que, aunque aún nos esperan, seguro, grandes evoluciones y sorpresas, ese terminal universal es ya casi una realidad.

Es evidente la utilidad para el usuario de ese tipo de terminales y parece innegable el mercado potencial. Empieza a parecer que la batalla fundamental por el dominio de la tecnología, ya sea para el caso de operadores de telecomunicaciones, fabricantes de electrónica de consumo o fabricantes de software, se libra por obtener un papel dominante en este tipo de terminales y el software y servicios asociados. Uno de los hitos más relevantes de los últimos tiempos ha sido el lanzamiento del iPhone y, en el caso de España, su comercialización en exclusiva por parte de Telefónica. Al iPhone, le han seguido en seguida otros terminales competidores de HTC, Nokia, etc, terminales todos ellos tan vistosos e impresionantes como el precursor de Apple.

Hace unos días, Toshiba anunciaba el primer híbrido de PC y móvil, el TG01, un equipo que se sitúa en algún punto entre un móvil y un netbook.

Ahora, y al hilo de la celebración del Mobile World Congress, las noticias se suceden vertiginosamente. Microsoft y Nokia presentan propuestas de tiendas avanzadas, copiando en cierto sentido el modelo de las Apple Store. Así, el gigante informático pretende desarrollar el mercado de su Windows Mobile 6.5 mediante las tiendas que denomina Windows MarketPlace. Por su parte, Nokia lanza las Ovi Store.

Y si hace poco Telefónica anunciaba la comercialización en exclusiva en España del HTC Dream, un móvil con el sistema operativo Android de Google, poco después Vodafone contesta lanzando el HTC Magic, otro terminal del mismo fabricante y también equipado con Android.

El terminal universal es casi un hecho. Y la batalla por el dominio de ese mercado es una batalla paradójica. Una batalla de gigantes, una batalla de dimensiones fabulosas, una batalla épica pero una batalla que, sin embargo, se desarrolla, consumidor, en un campo mínimo, una batalla que se libra, curiosamente, en la palma de tu mano.

domingo, 8 de febrero de 2009

La crisis de la irresponsabilidad

Mucho se está escribiendo sobre la crsisis y sus posibles causas. Muchos ríos de tinta y de bits para intentar comprender y explicar cómo hemos llegado hasta aquí. Cuando la crisis parecía apenas un mal presagio, se apuntaba a burbujas inmobiliarias y al precio del petróleo. Pero, a medida que avanzamos, las explicaciones parecen tomar otro cariz.

Ahora se apunta a una crisis más que inmobiliaria, diríamos que hipotecaria. Los bancos, se dice ahora, han concedido hipotecas sin controlar apenas el riesgo que asumían, y sin estudiar si los activos hipotecados tenían un valor de mercado que justificase el préstamo concedido.

De manera semejante, parece que empresas y estados se han endeudado hasta niveles por encima de lo aparentemente prudente. Han asumido una deuda superior a lo que su capacidad de generar ingresos pudiera hacer concebible de saldar en un plazo razonable.

Aparenta que hemos vivido, conscientemente o no, por encima de nuestras posibilidades, que hemos gastado lo que no teníamos, o que hemos apostado sin mesura y sin control, ignorando riesgos, jugando con posibilidades inciertas. Y todo ello, no por parte, o no solo, de ciudadanos y familias, sino en el nivel de empresas, del sistema financiero o, incluso, de los estados y gobiernos.

Y además, aparentemente, sin conocimiento o sin control, como en un juego de azar enloquecido que ahora se nos ha vuelto en contra.

Quiero pensar que las explicaciones a la crisis son más complejas que todo eso. Quiero pensar que hay otros motivos u otros matices, que me falta información, que hay causas más lógicas, más comprensibles.

Porque si esta crisis es consecuencia de un sistema financiero que ha jugado con riesgos injustificados, apostando en valores y activos sin sentido; si esta crisis es consecuencia de gobiernos que endeudan a sus países comprometiendo así su futuro, ya sea por negligencia o por intereses diferentes del bien común; si esto es así, deberemos concluir que esta crisis poco tiene que ver con el precio del petróleo, con la confianza de los consumidores o con los tradicionales ciclos de las economías de libre mercado. Si esto es así,la presente crisis es, ante todo, consecuencia de la dejadez de gobernantes y directivos; es consecuencia, en fin, de la irresponsabilidad, de una severa, profunda y culpable irresponsabilidad...

La vergüenza torera como inductora del cambio

"Las cifras son cuestionables y no inspiran, pero enfrentarse directamente con la mediocridad es algo que estremece y de lo cual no hay escapatoria"


W. Chan Kim y Renée Mauborgne
"La estrategia del océano azul"


Quizá sea la forma empresarial de aquello de que "una imagen vale más que mil palabras" aunque quizá, en este caso, más bien una imagen valga más que mil cifras o mil informes.

La visualización, la experiencia, el contacto con una realidad o unos resultados mediocres como elemento motivador. No sé si para todos los espíritus, pero sí para aquellos con afán de superación o, siquiera, con "verguenza torera".

Traígo aquí este artículo que originalmente publiqué en otro de mis blogs, en concreto, en La vida de color azul porque creo que, con una visión más dura, complementa el artículo anterior La crisis como motivación.

Buscamos razones para el cambio y fuentes de motivación. Las necesitamos.

viernes, 6 de febrero de 2009

La crisis como motivación


"La transformación de una empresa comienza por una sensación de crisis o de urgencia.
...
Ninguna institución hará cambios fundamentales a no ser que crea estar en serios apuros y que necesite hacer cosas nuevas para sobrevivir.
"

Lou Gerstner.
Discurso a estudiantes de la Harvard Business School.
9 Diciembre 2002


Leo esta cita de Lou V. Gerstner, a la sazón, presidente de IBM, en un momento en que, precisamente, pensaba en la necesidad de transmitir esa sensación de crisis y urgencia en mi entorno cercano. Casi podría decir que "me ha quitado las palabras de la boca".

La crisis, con todos sus efectos negativos, con todo el temor (justificado) que nos causa, tambien puede ser un importante motor de creatividad, motivación y transformación. Estamos, desde luego, ante un grave problema pero, quizá, también ante una enorme oportunidad.

¿Sabremos reconocer esa crisis, esa urgencia, y convertirlas en motivadores del esfuerzo y la creatividad, sabremos convertirnos en agentes de transformación?

jueves, 5 de febrero de 2009

La popularidad y el efecto bola de nieve

Creo que un gran avance en la web 2.0, por simple que parezca, es un hijo de la sindicación de contenidos, a saber: el concepto de seguidores de blogs. Con base en esa herramienta se puede disponer de los últimos titulares de los blogs que nos parecen más interesantes y a los que nos suscribimos.

También me parecen útiles como orientación en el cada vez más complejo mundo de la blogosfera, aunque siempre sean algo parciales, los rankings de blogs más populares que se publican en, por ejemplo, Bitacoras.com.

Sin embargo, precisamente cuando configuraba los blogs a seguir desde 'Blue chip' se me vino a la mente si ese mecanismo no introduciría un cierto efecto 'bola de nieve'. Quiero decir que es muy probable que, cuando uno se interese, por ejemplo, por la tecnología, Internet o la web 2.0, acabe enlazando o suscribiéndose a blogs muy populares como Microsiervos, TechCrunh o El blog de Enrique Dans, por poner algunos ejemplos de blogs muy conocidos.

Aparte del innegable interés de estos blogs, un factor tambien importante para leerlos, seguirlos y sindicar sus contenidos es, precisamente, el hecho de que son populares, importantes en Internet. Parece que son lectura obligada para estar al dia. Y todo esto aumenta, de rebote, su popularidad...

Es cierto que si estos blogs han alcanzado esas cotas de visitas y reconocimiento, es, en buena parte, por méritos propios, por su constancia y el interés de sus entradas. Y probablemente es cierto tambien que el día en que decrezca la calidad o frecuencia de sus contenidos, perderán poco a poco el lugar preeminente que se han ganado en la blogosfera.

Pero creo que no es menos cierto que pueden existir muchos blogs de mérito que se perderán en la nada, en el anonimato, simplemente por no haber alcanzado una cierta masa crítica de popularidad.

Esa masa crítica de popularidad, parece actuar a modo de ventaja competitiva o de barrera de entrada, si se quiere, para alcanzar el éxito en Internet, al menos si por éxito entendemos la popularidad.

De momento, en lo que me ocupa, 'Blue chip' no es una bola de nieve, ni siquiera un simple copito.

Veremos qué le depara el futuro.

martes, 3 de febrero de 2009

Etimología de Google

¿Sabíais de donde viene el nombre 'Google'?

Pues parece que el nombre del archifamoso buscador se inspira en el vocablo Googol que designa al número que resulta de elevar a la centésima potencia, el número 10. Este vocablo fue inventado en 1938 por un niño de 10 años (sí, justamente 10) de nombre Milton Sirotta y sobrino del matemático Ewdard Kasner, que se encargó de darle publicidad en uno de sus libros.

'Googol' iba a ser el nombre del buscador...pero Larry Page, uno de los fundadores de Google, cometió un lamentable (y perdurable) error de ortografía...

¡Qué cosas!

lunes, 2 de febrero de 2009

Inquietante

Leo, en el libro 'La tierra es plana' de Thomas L. Friedman la siguiente afirmación, hablando de los buscadores en general, y de Google en particular:

"Los motores de búsqueda aplanan el mundo al eliminar los valles y los riscos, todos los paredones y rocas, que la gente usaba para esconderse dentro, encima, detrás o debajo con el fin de enmascarar su reputación o partes de su vida pasada"

Y remata, un par de frases más adelante:

"Vive honradamente, porque cualquier cosa que hagas, cualquier error que cometas, podrá rastrearse algún día"

Inquietante...